Estación Once, de Emily St. John Mandel


El actor Arthur Leander muere de un infarto en el teatro, mientras representa El rey Lear de Shakespeare, al mismo tiempo que una pandemia acaba con la casi totalidad de la población mundial. Jevaan Chaudhary intenta reanimar al actor y después intenta consolar a Kirsten Raymonde, una niña pequeña que lo ha visto todo. En una introducción tensa y caótica es donde nos sumerge la autora para iniciar esta novela. Después damos un salto en el tiempo y descubrimos que la Gripe de Georgia fue terriblemente contagiosa y en unos pocos días infectó a casi todo el mundo. Los supervivientes son pequeños grupos aislados que no estuvieron en contacto con humanos durante la infección. Pero un pequeño grupo de artistas recorre ciudades representando obras de Shakespeare. Ellos son la Sinfonía Viajera. Con esta curiosa y original premisa empieza Estación once, una novela sobre lo que queda cuando todo se ha perdido.

Estación once tiene ideas sorprendentes y buenas, pero creo que su desarrollo a lo largo de la novela se va enturbiando. La novela no acaba cumple las expectativas generadas a lo largo de toda la trama, y es que las ideas que plantea la autora se ven reducidas a simples problemas que quizá con una visión más amplia del problema hubieran sido más entendibles e interesantes. El caso es que para ser una novela que presenta un futuro tan negro como el que hay en Estación once, el tono tiene un regusto demasiado positivo y apostillado. El estilo de la autora en esta obra es acertado y original, incluso diría que muy bueno, y es que esto es necesario, pues Estación once huye de las escenas de acción o intriga, y prefiere mantener al lector enganchado mediante contexto, personajes y estilo. Estación once no es una novela post-apocalíptica de supervivencia, sino que se centra más en la reflexión sobre las consecuencias de este cataclismo.

Hay un debate abierto sobre si esta novela es ciencia ficción o no. Personalmente creo que sí, y no. Claramente el escenario es de ciencia ficción, pues enmarca una sociedad castigada por un cataclismo en un futuro más o menos futuro. Pero a partir de ahí la novela no ahonda en esto, sino que se centra es aspectos más humanos, llegando a ser existencialista en varios fragmentos. Y aquí radica lo más original y positivo y la vez negativo de la novela, como comentaba antes. La novela trata de mostrar que algo tan humano como es el arte nos puede ayudar a afrontar algo tan oscuro como es la extinción o un cataclismo que ha asolado a la especie humana. Es por ello que opino que es un libro difícil de vender, un libro que al lector acostumbrado a novelas distópicas o post-apocalípticas va a sorprender, para bien o para mal. Pues su narración reflexiva y pausada contrasta con la idea que uno tiene de la supervivencia en un mundo desolado.


Estación once es una buena novela que reflexiona sobre lo que nos hace humanos, sobre lo que somos y lo que nos hace ser como somos. Pero no así es una novela únicamente filosófica, sino que se trata de una mezcla cocida a fuego lento en la que el lector irá sumergiéndose lentamente. St John Mandel no tiene prisa por contar su historia, y la cuenta de forma pausada pero con ritmo, creando una atmósfera única en la que nos encontraremos parando la lectura varias veces y reflexionando sobre lo que acabamos de leer. Escenas chocantes y duras, cristalizan junto a otras de enorme humanidad. Estación once es una novela profunda que apunta directa a nuestro interior, a aquello que nos hace humanos, y nos recuerda todo aquello por lo que vale la pena luchar. Nos recuerda que debemos estar orgullosos de ser como somos. Nos recuerda que somos individuos pero a la vez somos una sociedad. Estamos ante una novela curiosa y original, de complicada lectura pero gratificante si el lector entra en el juego que propone la autora. 

Comentarios

  1. Tiene buena pinta, me lo apunto.
    Un beso y gracias por la reseña.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si lo lees, recuerda volver para comentar qué te ha parecido :)

      Eliminar
  2. Hola :) Tenía ganas de leer la reseña, y es lo primero que hago hoy al llegar de trabajar mientras estoy comiendo,para que veas XD Creo que es muy acertado decir que es si y no a la vez Ciencia ficción, si lo es por que enmarca un futuro asolado por una pandemia mundial, pero a la vez no, por que es solo el telón de fondo para contarnos una historia profunda y lenta sobre lo que es ser humano. A mi me gusto por que entre el juego de tratar de unir el puzzle que nos proponía, viendo las conexiones que existían entre todos los protagonistas partiendo de Arthur Leander, me pareció de lo más interesante en ese aspecto, pero a veces se perdía en banalidades o en cosas que se quedaban en el aire y no sabíamos nada más de ellas. Pero finalmente coincido, una novela sobre todo curiosa y que creo que llega a sorprender, de complicada lectura pero que merece realmente la pena. Un abrazo^^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Joder, Daniel, menudo privilegio. ¡Gracias!

      Claro, coincido en esos momentos en que vaga sin rumbo fijo sobre temas que no hacen avanzar la novela.

      Eliminar
  3. Yo tuve impresiones muy parecidas a las tuyas con esta novela. Por un lado, me encantaron su ambientación, estilo y estructura, pero tenía puestas en ella unas expectativas que no se cumplieron (solo había leído reseñas espectaculares). Aun así, entiendo que esto no es del todo culpa de la autora, y que ella utiliza el escenario post-apocalíptico como un simple elemento de atrezo. A pesar de las dudas iniciales, al final me dejó una sensación muy buena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gustazo tenerte de nuevo comentando por el blog :)

      Es cierto que la publicidad y las expectativas pueden (y han) hacer mucho daño a esta novela. Yo ya venía cono conocimiento de causa por algunos amigos que la habían leído. Aún así, el final me dejó un regusto amargo. Me gustó, pero con "peros". De todas formas la recomiendo, porque creo que el ejercicio de estilo es genial.

      Eliminar
  4. ¡Hola!
    Pues la verdad es que me has convencido mucho. Me gusta mucho la ciencia ficción que habla del ser humano y de sus conflictos y parece ser que este es el caso. ¿Es una novela muy larga, por eso? Si es existencialista y se alarga un poco en todo el rollo filosófico, puedo entender que resulte al final algo densa.
    Aunque el rollo no sea tan oscuro como te esperabas, partiré de tu reseña y, si lo leo, lo leeré con pocas expectativas.

    Buena reseña, Alex.
    ¡Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es demasiado larga, no. Aunque a mí se me atragantó un poquito en un par de fragmentos. Creo que te gustará. O no. No lo sé. Léela y me cuentas ;)

      Eliminar
  5. desde hace rato me llama la atención, y no esperaba que lo publicaran en español.
    mil gracias por la reseña

    ResponderEliminar
  6. Hola, vengo de ver los capítulos disponibles en HBO y me ha dejado muy impactado.

    Qué curioso y adecuado leer estos comentarios hoy. Nadie podía saber en 2016 lo actual e inspirador de esta trama y sus reflexiones en un mundo postpandemia.

    Aún no conozco a la autora (lo solucionaré pronto) pero la serie es preciosa. Como si The Leftovers interpretara a su manera The Walking Dead. Está llena de esperanza en el ser humano y en nuestra capacidad de soñar y construir un mundo mejor, por encima de cualquier catástrofe. El teatro de la vida como resiliencia infinita, ya saben the show must go on. No dejo de pensar en el inspirador lema de la Sinfonía Viajera "Sobrevivir no es suficiente". Nunca lo fue.

    Un abrazo y feliz año 2022.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. …sobrevivir no es suficiente, más para 1 década 3 habitantes del mundo no le queda otro remedio.

      Eliminar

Publicar un comentario