Sergio Vega
Esteban es el autor de la trilogía de Las Piedras de Chihaya, cuyo primer volumen,
El Hilo del Karma ha sido reseñado en el blog. En febrero se publica la
segunda parte La
Nube Rasgada que seguirá las aventuras que quedaron pendientes
en el primer libro.
Para la
ocasión tenemos al autor del libro en el blog para hablarnos un poco de su
experiencia y de la historia del libro.
Donde Acaba el Infinito: Antes de
nada, bienvenido al blog y muchas gracias por concederme tu tiempo con esta
entrevista. Sin más preámbulos pasamos a las preguntas.
Investigando descubrí que tu novela fue
previamente auto-publicada en un solo volumen. ¿Qué nos puedes contar de
aquella experiencia?
Portada de la novela autopublicada. |
Sergio Vega: Cuando empecé a escribir no tenía
intención de publicar la novela. Era un trabajo personal, un recuerdo y guía
para mi Yo del futuro. Sin embargo, después de unos años de intenso trabajo y
sacrificio mi mujer me convenció para tratar de compartirlo, y así me animé a
editarlo. Esto fue aumentar aún más el trabajo, pues había plagiado muchos
poemas japoneses y cuentos zen, que me tocó quitar uno a uno para sustituirlos.
Viendo
lo complicado que estaba para un autor novel, preferí primero autoeditarlo,
para así darme el gustazo de tenerlo entre mis manos físicamente y tener total
control sobre la obra.
Luego
vinieron las presentaciones y las pateadas por Madrid buscando una librería
dispuesta a arriesgarse a ofrecer un ladrillo de 1262 páginas bien apretadas de
alguien desconocido sobre una temática poco comercial. No esperaba vender
tantos libros, lo cual fue una gratificante sorpresa.
DAEI: Y ahora con Quaterni, una
editorial independiente volcada en la literatura japonesa. Si no me equivoco
eres el primer español que publican ¿Qué tal la experiencia?
SV:
Pensaba hacer lo normal en Europa: buscar un agente y que este intentara colocarlo,
observando como el almanaque dejaba caer sus hojas. Pero una corazonada me
decía que probara antes con Quaterni. Me puse en contacto con ellos vía email y
les envié una copia. A los diez días querían la historia aún antes de acabar de
leerla. En cuatro meses de haber autopublicado
Las Piedras de Chihaya ya había firmado con una editorial, además especializada
en literatura japonesa. Y sí: iba a ser el primer autor no japonés de su serie de
libros japoneses.
Para
rematar resultó que respetaban cada coma y cada punto y que tenía un peso
enorme a la hora de tomar cualquier decisión. El nuevo camino ha supuesto otro
titánico esfuerzo, mucho más del que jamás hubiera imaginado, pero gracias a
ello sigo ligado al libro.
DAEI: ¿El título de la novela tiene algún
significado oculto? ¿Qué son las Piedras de Chihaya?
SV:
Ja, ja. Eso se desvela en la tercera parte, o más bien se señala hacia la
interpretación correcta.
Si
te apetece lo discutimos en una futura entrevista.
DAEI: Cuesta creer que una novela de
esta calidad sea tu primera vez. ¿Has participado previamente en concursos de
relatos o has publicado en alguna antología?
SV: No. La
verdad es que esta es mi primera novela.
DAEI: ¿Por qué el Japón feudal?
SV:
Porque desde niño siento una atracción poderosa hacia el Japón tradicional, su
cultura, sus creencias, su forma de sentir y pensar.
También
deseaba profundizar en la figura del samurái, la máxima expresión del ideal del
guerrero marcial, y la era Kamakura, por ser el inicio formal de su casta, era
irresistible.
DAEI: En cuanto a tema histórico, tu
novela está profundamente documentada. Numerosos datos y nomenclatura, fechas y
hechos reales, formas de actuar que se ciñen a la sociedad de entonces… ¿Cuánto
tiempo te llevo recopilar toda esta información?
SV:
La verdad es que aún sigo encontrando nuevos datos y sorpresas, pero tardé
siete años en atreverme a esperar que fuera suficiente para cerrar la novela.
DAEI: ¿Consideras que el Japón
contemporáneo tiene la misma atracción e interés que el Japón feudal?
SV:
El Japón moderno no me atrae en la misma medida. Los nuevos rasgos han llegado
como consecuencia de una apertura al exterior adaptativa a la globalización que
la humanidad ha exigido. En la mayoría de las culturas ha provocado la pérdida
de su identidad y la búsqueda de un nuevo orden plural, pero lo maravilloso es
que allí la tradición se ha adaptado a las nuevas demandas sociales de tal forma que han
logrado sobrevivir. Gracias a ello puedes aún disfrutar de ese Japón
tradicional en pleno siglo XXI.
DAEI: En tu novela los personajes
luchan por sobrevivir en un mundo totalmente hostil. El protagonista es un
recurso para introducirnos a los lectores lentamente en ese mundo desconocido,
pero además guarda algunos secretos. ¿El misterioso protagonista, por qué no tiene
nombre? Y ¿Cómo definirías ese “poder” o “habilidad” que tiene?
SV:
El protagonista no tiene nombre, en efecto. Pero para saber más me temo que tendrás
que seguir leyendo…
En
cuanto a esa habilidad que posee digamos que se inicia por una conciencia profunda
de unidad con todo lo que le rodea. Sin embargo, creo que es más interesante
observar la evolución del personaje provocada por la continua lucha interna
sobre la idoneidad del empleo de sus facultades.
Por
ejemplo, en “El hilo del Karma”, aparece la postura del monje Shiro, que fiel a
la concepción zen, considera esos “poderes” como una distracción peligrosa para
lo que somos, algo que puede hacer que perdamos el camino.
En
el tercer libro, “El Dragón y el Crisantemo”, otro personaje nos introducirá en
la interpretación contraria, la que aboga por potenciar esas facultades en la
búsqueda espiritual.
DAEI: Hablas mucho del karma en tu
novela, explícanos que es el karma desde una perspectiva japonesa.
SV:
Resulta complicado de explicar con pocas palabras, pues habría que asentar
antes muchas premisas, pero el final diríamos que todo lo que ocurre es una
oportunidad para abordar lecciones pendientes de otras vidas y que al mismo
tiempo todo lo que queda por aprender en esta condicionará las venideras.
Por
lo tanto no existe la casualidad, ni tampoco la mala suerte o el castigo
caprichoso. En lugar de lamentarse hay que procurar extraer el aprendizaje de
la situación para que no sea necesaria su repetición. Al mismo tiempo sería
bueno tomar conciencia de la importancia de nuestra vida, con total
independencia de la repercusión social que nuestros actos parezcan tener o la
soledad que pueda rodearnos.
Todos
y cada uno de nosotros está en el momento adecuado en el lugar preciso, con
importantes tareas que desarrollar. Nuestra vida no es casual, posee una
importancia vital, más allá de lo que sospechamos.
DAEI: ¿Nos recomendarías algún
escritor japonés que te haya inspirado a nivel literario?
SV:
La verdad es que antes de escribir Las Piedras de Chihaya no había leído mucha
literatura similar con la que “inspirarme”. De hecho tengo muy presentes los
títulos: “Shōgun”
de James Clavell, “El honor del samurái” y “El puente de otoño” de Takashi
Matsuoka y sobre todo “Shiké” de Robert Sea.
También
había disfrutado de clásicos como el “Tao Te King” de Lao Tse, “El libro de los
cinco anillos” de Miyamoto Musashi, “La historia de Genji” de Murasaki Shikibu o “El arte de la guerra” de
Sun Tzu.
Curiosamente,
es ahora cuando estoy empezando a leer a autores japoneses.
Personalmente
recomendaría simplemente leer, a cualquier autor o sobre cualquier temática, acercarse
a una librería de las de siempre y compartir con el librero nuestras ilusiones
para marcharnos con un pedazo del corazón del alguien que nos inspire bajo el
brazo.
DAEI: ¿A qué tipo de lector
recomendarías tu obra?
SV:
Me escriben lectores de todas las edades y aspiraciones, por lo que creo que es
un libro de difícil clasificación.
Me
gustaría no defraudar a los enamorados del viejo Japón, a los artistas
marciales, a los amantes de la aventura, a los que disfrutan de la novela
histórica, a los que buscan la espiritualidad en lo cotidiano y a los que sienten
la necesidad de reconocerse.
DAEI: ¿Actualmente estás escribiendo
alguna otra obra? ¿Algún proyecto literario en mente?
SV:
Ahora mismo estoy desbordado con el trabajo para materializar la trilogía, así
que hasta que los tres volúmenes no estén en el mercado no tendré tiempo para
nada más.
Gracias a Sergio Vega por su tiempo y por participar en la entrevista y en el blog. Le deseo mucha suerte con la publicación del segundo tomo de la trilogía.
Gracias a Sergio Vega por su tiempo y por participar en la entrevista y en el blog. Le deseo mucha suerte con la publicación del segundo tomo de la trilogía.
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