La carrera es una novela mosaico, una novela que se podría comparar a un laberinto de espejos, un juego de realidades que se reflejan las unas en las otras, que convergen. Nina Allan confecciona una novela cuyo paralelismo podría ser una red de hilos entretejidos.
El libro nos presenta diferentes historias con diferentes protagonistas. Jenna, una diseñadora que vive en Sapphire, trabaja en una empresa que desarrolla guantes para controlar perros biónicos. Su historia está marcadísima por la ausencia de su madre y una infancia traumática. La segunda historia la protagoniza Christy, en Hastings, una chica que pasa casi todo su tiempo en la biblioteca escribiendo a modo de diario sobre sus vivencias del día a día. Christy tampoco tuvo una infancia fácil, y comparte con Jenna un pasado traumático. Maree es la tercera protagonista de la novela, una niña que está a punto de dejar La Granja, un centro de adiestramiento, y en su periplo cruzará el océano Atlántico, donde verá por primera vez a las ballenas.
Esta obra, que podría ser perfectamente un fix-up de cinco relatos o novelas cortas, contiene una voz narrativa y un estilo distinto para cada capítulo. Los que están protagonizados por las chicas están escritos en primera persona, mientras que los dos últimos lo están en tercera. Esto confiere un alto grado de inmersión en la primera mitad de la obra, mientras que el cambio en los dos capítulos finales aleja al lector de lo narrado. Un cambio repentino que, aunque necesario en la historia, me ha resultado chocante y debo reconocer que no conseguí volver a conectar con la novela del mismo modo que en la primera mitad. En cualquier caso, La carreratiene fuertes similitudes con otras grandes novelas fix-up de historias interrelacionadas, como las obras de David Mitchell, en las que varios personajes en distintos momentos cronológicos convergen por varias razones a menudo bastante sorprendentes.
Nina Allan juega con el lector y lo mantiene en vilo durante toda la narración, y aunque este juego de dosificar la información hasta exagerar no se ve recompensado con la conclusión de la obra, sí que genera el suficiente interés para mantener al lector enganchado a la novela. En La carrera, el ritmo no es trepidante. Sin embargo, Nina Allan intercala este ritmo de sucesos pausado con una narración incesante y que no deja de bombardearnos con información. De este modo va construyendo un mundo colorido y repleto de claroscuros. Con una tremenda sutileza, Allan va tejiendo la trama de este multiverso. Quizá la historia acabe acusando ese estilo denso y que en ocasiones divaga sin que el lector pueda ver hacia dónde va.
Cada página de la novela es un reto para el lector. Un reto para la trama de la novela. Cada página es una pequeña pieza en ese enorme puzle que cruza universos y el tiempo. La carrera es una historia sobre doppelgängers, sobre el colapso ecológico del mundo, sobre poderes telepáticos y sobre la manipulación genética. Es una novela que toca muchísimos palos, que ahonda en una gran cantidad de temas, y quizá sea esto algo que juegue en contra de la narración en diversas ocasiones. Dicen que quien mucho abarca, poco aprieta. Si sumamos toda esta cantidad de temas (la crítica ecologista, el multiverso, el posthumanismo) al arriesgado estilo narrativo de la autora, el resultado es una novela especial, arriesgadísima y de lectura pausada.
Para finalizar la reseña, me gustaría destacar la traducción de Carmen Torres y Laura Naranjo, que hacen un trabajo excelente. No es fácil recomendar La carrera: es una novela complicada, con muchísimas aristas y que cristaliza una ingente cantidad de temáticas, pero también es innegable que hace gala de una gran sutileza y elegancia.
Hola, por lo que cuentas creo que va a ser demasiado para mí, pero al mismo tiempo me parece un libro interesante. Si puedo, voy a darle una oportunidad, a ver qué pasa. Gracias por compartir :)
ResponderEliminar¿Un poco del tono de las Luminosas, aunque de temática muy diferente? es que me suena a esa clase de tramas, densas y con muchas historias que convergen. Me interesa mucho, porque las Luminosas me fascinó. Pero no tengo claro si es una película que me estoy montando yo.
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