Edmundo Paz Soldán fue el autor cuya anterior novela, Iris, fue una de las principales causas
de que naciera el The Spoiler Club. La lectura de esta novela de ciencia
ficción me impactó tanto (y todavía lo hace) que me dejó suficiente poso como
para necesitar analizarla a fondo en una tertulia. Edmundo Paz Soldán presentó
una novela cuya lectura es complicada, con una narrativa trabajadísima pero que
una vez el lector ha hecho el esfuerzo de entrar, recompensa con una trama
excelente, una atmósfera envolvente y en general una novela rica en todos los
aspecto. Imaginaréis mi reacción al enterarme de que el autor iba a publicar
una colección de cuentos ambientado en Iris (y aquí no pongo cursiva, pues me
refiero al lugar donde sucede la novela mencionada antes), titulada Las visiones (Páginas de espuma, 2016).
Las visiones, al
contrario de lo que pueda parecer, son relatos que se pueden leer de forma
independiente. Me tomo la licencia de copiar aquí un fragmento de una
entrevista que he visto publicada en la reseña de mi amigo Odo, en su blog
Sense of Wonder:
“El desafío era que el libro se leyera de forma autónoma, sin depender de la novela. Me interesó también desarrollar un arco narrativo a lo largo de todos los cuentos, de modo que si los lees en la secuencia en que están ordenados en el libro, puedes encontrar una suerte de historia alternativa de Iris, que a ratos se toca con la novela y otros ratos no. A la vez, más allá de esa arco narrativo de larga duración, otro desafío era que cada cuento pudiera funcionar por sí solo, sin depender del libro. La intención de todo ese engarce es que el libro se adapte a lo que el lector quiera hacer con él: están los cuentos solos que se pueden leer en desorden, está el libro de cuentos que debería leerse en orden, y está el libro de cuentos para los que han leído la novela.”
Edmundo Paz Soldán consigue precisamente una colección de
relatos autoconclusivos y con una trama interna sólida que funcionan sin haber
leído Iris, es decir, cualquiera de
vosotros puede leer Las visiones sin
conocer Iris. Y creo que esto es un
punto muy positivo para el lector que quiere acercarse a Edmundo, pues estos
relatos son relativamente menos exigentes que la novela aunque sí que tienen la
misma narrativa impresionante y esa capacidad inmersiva por la que destacan los
textos del autor. Es decir, a la que alguien haya leído un par de relatos de Las visiones (a lo sumo 10-20minutos) ya
querrá leer Iris. Por otro lado creo
que haber leído Iris antes aporta una
dimensión mucho más profunda a los relatos que se sitúan en escenarios muy
desarrollados en la novela. Y por último, leer primero estos relatos puede
facilitar entrar en la novela, que como comentaba antes, es tan exigente.
Las visiones no es
una colección de cuentos de ciencia ficción, sino que utiliza un escenario de
ciencia ficción (en muchos cuentos apenas es algo notable y se vislumbra en
unos pocos detalles) para construir historias muy humanas que responden a
preguntas vitales y tratan temas sociales. La guerra, dios, la droga, el
colonialismo e imperialismo (y en general la política), el qué nos hace
humanos, las relaciones dentro de una sociedad, la imagen del “profeta” o
elegido como expiación de culpa y muchos otros ejemplos que podría citar, son
tema tratados con asiduidad en estos relatos. Todo esto me deja con una gran
curiosidad por conocer las influencias de Edmundo Paz Soldán (os recomiendo ver la
presentación en Gigamesh de Iris).
Así como Iris daba una mayor importancia
al punto de vista del colonizador sobre el colonizado, en Las visiones vamos un paso más allá y la mayoría de los
protagonistas son nativos del planeta o personajes que llevan mucho tiempo
viviendo en el lugar. Por lo que el tratamiento de los temas antes mencionados
tienen perspectivas diferentes a la forma en que el autor los trataba en Iris. Quizá por esta razón es por lo que
creo que ambas obras se complementan y crean un todo increíblemente rico y potente,
cargado de significado. Por ejemplo, aquí la amenaza de la guerra se cierne, en
Iris la guerra era “portada” por los
personajes. Las visiones, por otra
parte, no son textos tan complicados de leer ya que el uso de neologismos
aparece mucho menos. Mientras que en Iris
los colonizadores experimentaban un cambio cultural y lingüístico, en Las visiones, el punto de vista de los
nativos descarta gran parte de ese neolenguaje.
En definitiva, Las
visiones es una obra que funciona como fix-up
y como recopilatorio de cuentos independientes (aunque me quedo con la
primera), con características que pocas obras de ficción tienen. Edmundo Paz
Soldán consigue ofrecer un punto de vista original, fresco y novedoso, que a su
vez bebe de fuentes clásicas y contemporáneas. Sus textos están trabajados con
esmero y se puede notar un cuidado extremo en la construcción del mismo. Esto es
algo que cada vez me encuentro menos en mis lecturas, abundan los textos que
dan más importancia al contenido literal, es decir, el tema, que a la forma de
contar ese contenido. Por eso autores como Guillem López o Edmundo Paz Soldán
(por citar los dos últimos que he leído) me resultan tan interesantes. Las visiones es un texto arriesgado, que
se aleja de cualquier canon pero que derrocha ingenio y habilidad. Las visiones es una particular forma de
ver la realidad a través de un punto de vista alterado que elimina los telones.
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