Juan Cuadra se ofreció voluntario y dispuesto cuando le envié un mail con una propuesta sucia y censurable. Al final todo quedó reducido a una entrevista pero aun así el autor nos desvela datos muy interesantes. Ya sé a qué fuente recurrirán los investigadores cuando escriban la biografía del autor.
Donde Acaba el Infinito: Hola, Juan, antes de nada, bienvenido al blog y muchas
gracias por concederme tu tiempo con esta entrevista. Sin más preámbulos
pasamos a las preguntas.
-Dicen
las malas lenguas que esta es tu primera novela. ¿Es eso cierto? ¿Habías escrito con anterioridad? Cuenta un poco tu trayectoria hasta que Fantascy te publicó.
Juan: La
respuesta corta y fácil es sí, esta es mi primera novela. Pero es una respuesta
tan corta que me da una impresión falsa. Antes de sentarme a escribir mi
primera novela llevaba veinte años creando historias y escribiendo cosas que no
eran novelas. Me he pasado media vida haciendo poesía y relatos. Con dieciocho
años escribí una obra de teatro en verso que incluso se representó a nivel
local. Y en esa época conocí los juegos de rol, y he llenado páginas y páginas
con argumentos, tramas, personajes... Durante mucho tiempo todas las ideas se
transformaban en partidas, simplemente porque no me veía con ánimo como para plasmar
esas ideas en una novela. De esa época es la campaña Spanish Show, que
hice para el juego de rol de Fanhunter junto a Chema Pamundi; y muchas
otras cosas que se quedaron simplemente en mi mesa de juego, como un módulo
para D&D 3.5 que estuvo a punto de publicar Farsa's Wagon. También
hay circulando por internet una rareza de mis años mozos, un módulo para La
Llamada de Cthulhu que responde al repelente nombre de La Iglesia
Trascendental de Silvermouth, para uno o dos jugadores. Más adelante, por
la maldita pereza que me frenaba, en vez de atreverme con la novela probé el
campo del guión cinematográfico. De hecho, el comienzo de El libro de Lucian
(tercera parte de la Saga de la Ciudad, que es en lo que estoy trabajando
ahora) parte de un guión de largometraje que está por el fondo de algún cajón,
y que es la primera aparición de este personaje. También hice el guión
cinematográfico de un cortometraje de zombis que tiene que estrenarse un mes de
estos. Pero como he dicho antes, sí, El Libro de Ivo fue mi primera
novela. Y digo fue porque la terminé hace más de tres años, y es una sensación
extraña hablar de ella ahora como algo nuevo
-¿Qué dificultades como escritor novel has encontrado cuando decidiste buscar editorial?
J: Aquí sé
que voy a sonar raro o al menos atípico, pero no he encontrado ninguna
dificultad. Yo empecé como dicen los manuales, buscando agente en vez de
editorial. Y cuando Txell Torrent, de la agencia MB, vio mi propuesta, dijo que
no le convencía el libro, que se había quedado atascada al leerlo, pero que yo
sí le convencía. Hice unos cambios de terminología, volvió a coger la novela, y
esta vez se la leyó del tirón. Y así pasé a tener agente. Después de eso yo me
centré en seguir escribiendo, y en cuanto un par de editoriales vieron el manuscrito
ya tenía quien me publicara. Aunque con la lentitud que tienen estas cosas,
claro. Como he dicho antes, ha sido un lento camino de tres años entre que yo
terminé el libro y que Fantascy lo ha publicado.
-¿Por
dónde empezó todo? ¿Cuál fue la idea original para ponerte a escribir?
J: La idea
original fue la reflexión sobre los hombres malos y los hombres buenos, sobre
si lo único que diferencia a los hombres de los monstruos es que unos imaginan
y otros actúan. Sobre si en realidad todos deseamos ser o asesinos o víctimas.
Pero para poder contar esa historia era imprescindible crear una situación en
la que todos tuviéramos que sacar lo que llevamos dentro. Cerrar la caja y
agitarla, a ver qué pasaba. Ese es el comienzo del Reino. Y esa semilla se une
a la historia de Ivo, que comienza siendo el típico héroe sin recuerdos, pero
que en realidad no es un héroe, ni le interesan sus recuerdos, ni es Ivo. A
partir de esas dos semillas empecé a crear el esquema de la novela, a darle
forma al Reino, y cuando vi que en ese esquema aparecía Sombra, que es un
personaje que estaba esbozado en un par de relatos anteriores, comprendí que lo
que estaba preparando no era una novela, sino una saga, y que estaba
escribiendo su punto de partida. El momento que lo cambia todo y que hace
posible que venga lo que tiene que suceder después.
-El
Libro de Ivo consta de cuatro partes, algo que parece que ha pasado
desapercibido. ¿Nos puedes contar algo más sobre esto?
J: Efectivamente,
la Saga de la Ciudad consta de cuatro partes, de la cual El libro de Ivo es
la primera. Y como primera parte que es no es la mejor, ni la más importante.
Esto, que puede parecer evidente, no siempre lo es tanto. Hay sagas
repetitivas, en las cuales el segundo libro es una nueva versión del primero, y
el tercero de los anteriores (por ejemplo, Los Juegos del Hambre). En
otras sagas la división en partes viene determinada porque en algún punto hay
que cortar la historia, que fluye perfectamente, y tenemos un único gran libro
en varios volúmenes. Aquí podría citar por ejemplo Añoranzas y Pesares,
de Tad Williams. Pero fuera de la novela las cosas no se hacen necesariamente
así, y cuando digo eso estoy pensando en los cómics. El primer arco argumental
de The Sandman no es el mejor. Pero es el primero, y sin él no se
entiende lo que viene detrás, y siembra todas las semillas necesarias para
poder contar a partir de él todo lo que Gaiman quería contar. Salvando las
distancias, eso es lo que yo planteo. El libro de Ivo es el primer arco
argumental. Que empieza y termina. Y luego empezamos otro, que continúa la
trama pero contando su propia historia, con su propia perspectiva. Porque creo
que todo el que ha leído El libro de Ivo tiene claro que el personaje
que te llama, con el que conectas realmente, es Sombra. Y es con el que
corresponde seguir la historia. Su historia, presente y pasada.
-¿Tienes
clara a dónde va dirigida la historia? ¿El destino de los personajes está
perfilado o todavía tienes que decidirlo?
J: De mis
tiempos de máster de rol he heredado la necesidad de saber el final para poder
empezar algo. La historia tiene un final totalmente definido, y el camino que
lleva hasta él está claro. Pero el propio proceso de contarla la trasforma. No
hasta el punto de cambiar el destino último, pero sí en ocasiones modificando
tramas secundarias o añadiendo elementos nuevos. La Saga de la Ciudad está
completa, en mi cabeza. Lo que está a medio hacer es la tarea de escribirla.
-¿Por
qué el mundo de los sueños?
J: Por qué
el mundo de las pesadillas. O mejor aún, el Reino. Cuando hablamos del mundo de
los sueños da la impresión de que estamos hablando de algo intangible, o de
algo que sucede en nuestras mentes. Pero el Reino de las Pesadillas es un lugar
con su espacio en la cosmología de la novela, un plano paralelo con sus puntos
de acceso y sus reglas definidas y claras. No es ese lugar donde puede pasar
todo. Es un lugar moldeable por la voluntad, que no es lo mismo. Si nos ponemos
estrictos, incluso podría decir que el Reino no tiene nada que ver con el mundo
de los sueños. Pero eso es parte de lo que se irá aclarando a lo largo de la
Saga: ¿qué es el Reino? ¿Quiénes son los Señores y cómo llegaron hasta él? ¿Por
qué hay lugares fijos? ¿Qué oculta el Tercer Lugar?
-¿Qué
dificultades has encontrado al construir tu historia? ¿Por qué un antes y un
después y no una historia más cronológica?
J: En el
momento en el que tenemos un personaje conductor sin memoria, considero que no
podemos construir la historia de forma cronológica, porque lo que ganamos en
sencillez lo perdemos en tensión. Es cierto que fue una decisión quizás más
cinematográfica que literaria (me viene por ejemplo a la mente Memento, pero
hay muchos más ejemplos de historias que juegan con el montaje), y que no ayuda
precisamente a situar al lector en las primeras páginas. Un personaje en la
introducción, otro en el interludio, otro en lo que finalmente es el primer
capítulo... Mi intención era contar la historia de un modo fragmentario, para
crear una visión más coral. Es un espejo roto en el que Ivo es el personaje
central, pero no es el más importante, y la información se dispersa hasta que
él comienza a poder reunirla. Además, es una historia que pasa en nuestra
realidad, pero que también pasa en
un mundo que nada tiene que ver con esa realidad, con lo cual me parecía
correcto romper las normas de lo que se espera. El tiempo en el Reino es
fluido, confuso, no se percibe igual. Esos movimientos temporales tratan de
imitar esa distinta concepción de la realidad. Una vez terminada la novela y
vista en papel soy consciente de que la estructura es bastante atípica. Pero
desde el primer momento tuve totalmente claro que quería que fuese así y no de
otra forma: La Ciudad, Ahora; el Reino, Antes. Y ese progresivo acercamiento.
Ir presentando las piezas hasta que todo encajase. Quizás fue una decisión
demasiado arriesgada. No lo sé. Este verano he leído Embassytown de
Miéville, que también distingue un antes y un ahora; y La ciudad y la ciudad
tampoco es una novela en la que entiendas las cosas desde el principio, así que
puede que esté un poco loco, pero no soy el único loco en ese sentido. Respecto
a lo que viene después, he de decir que El Libro de Sombra no tiene una
división tan poco convencional, porque es una historia distinta, un personaje
central distinto, y requería su propia forma de narrar las cosas. O a lo mejor
es que he aprendido en el proceso de escribir y ahora sé contar lo que quiero
sin liarlo tanto, que también podría ser.
-¿Hay
alguna empresa que fabrique sangre la cual te patrocine?
J: De
momento no. Pero cualquiera interesada que no dude en contactar con mi agente
:-p. Me gusta la literatura truculenta, igual que me gustan las películas
violentas. Leo muchas más cosas y veo muchas más cosas, pero es un género que
me gusta. Y escribí la novela que me habría gustado leer en ese momento. Así
que sangre. Las calles llenas de ella. Para después contrastar con lo que
vendrá a continuación. Más cercano, más concentrado, más personal. El libro
de Ivo está pensado en realidad para que en cierto momento te acostumbres,
y esa sangre pase a ser parte del telón de fondo: igual que los humanos que
están atrapados en la noche de la ciudad, dejas de prestarle importancia.
-Eso
de no tener apenas lectores y de pronto recibir incluso fan-arts. Las críticas,
las entrevistas… ¿Cómo te sientes en cuanto a la recepción de El libro de Ivo?
J: Los
fan-arts son de gente conocida, con lo cual sigue siendo estupendo ver cómo
otros dan forma a lo que has creado, pero cuando tienes cerca gente creativa no
te sorprende tanto que te hagan cosas así. Respecto a los desconocidos, me
siento encantado y temeroso. Mis alumnos dicen que todavía me faltan algunos haters,
y estoy a la espera, porque la acogida está siendo muy buena. Le está gustando
a mucha gente, le está gustando a gente que no esperaba que le gustase un libro
así, y a algunos les está gustando mucho. Todo ello es genial, pero no quita la
presión de saber si podré seguir contando la historia, que depende de algo
mucho más frío y neutro que son las ventas. Mientras, voy viendo con alivio que
casi todos los problemas que se resaltan en las distintas reseñas que van
saliendo ya están corregidos en los libros siguientes. Y trato de no prestar
demasiada atención a toda la acogida del primer libro, y centrarme en los
siguientes. Evidentemente no lo consigo.
-¿Nos
puedes adelantar alguna cosa del segundo libro?
J: Que es
mejor que el primero. Al final, el único modo de aprender es escribiendo, y yo
he tenido la suerte (buena y mala al mismo tiempo) de que mi primera novela
haya sido publicada casi al primer intento. Decía Patrick Rothfuss que con cada
rechazo revisaba El nombre del viento y lo hacía un poco mejor. Y si yo
volviese a escribir hoy El libro de Ivo estoy seguro de que lo haría
mejor y que contaría cosas de otro modo. Aparte de eso, la segunda novela
continúa justo donde acaba la primera, siguiendo a Sombra. Es una novela más
oscura, que no más sangrienta, donde ya se empiezan a explicar ciertos
elementos con la profundidad necesaria. La magia que practica Sombra, sus
orígenes y limitaciones. Qué ha sucedido al final de El Libro de Ivo y
las implicaciones que eso tiene. Más cosas sobre Frank, los Arcontes y las
demás personas que han ido apareciendo. Todo personaje que sobrevive al primer
libro tendrá su importancia y su momento en los volúmenes siguientes. Y
finalmente harán su aparición la Ciudad y las Casas de la Carne.
-¿Crees
que El Libro de Ivo es una novela de Terror? Por ahí ya te han puesto las
etiquetas de fantasía urbana y de dreampunk…
J: Yo creo
que ambas cosas son compatibles. Para mí fantasía urbana hace referencia a la
temática, al escenario, y estoy completamente de acuerdo con clasificarlo como
tal. Y terror u horror sería el modo en que se cuenta la historia. Puedes
contar en clave de horror una historia policiaca, una historia de convivencia
entre vecinos, una historia de instituto, o de escritor y fangirl (ahí tenemos Misery,
por ejemplo). Creo que reducir el terror a una temática es limitarnos mucho.
Por lo tanto considero que la Saga de la Ciudad es fantasía urbana contada en
tono de horror, aunque El Libro de Ivo es un comienzo más en clave de
acción. En él, el horror está en las pequeñas historias que se cruzan, no en el
propio Ivo. Entendiendo horror como aquello que te deja un regusto inquietante
y amargo, evidentemente, no como ninguna intención de causar miedo.
-Cuando
termines de escribir la Saga de la Ciudad, ¿tienes algún proyecto en mente?
J: Después
de la Saga de la Ciudad toca contar una historia con otro tono, en el ámbito de
la fantasía urbana pero alejándome del horror. Tengo bocetos de una novela más
steampunk (por decirlo de algún modo, sin ser eso realmente) y de otra más
mitológica; y en algún momento querría regresar al universo de esta saga, si el
tiempo y los lectores lo permiten. Ahora que tras tantos años de espera
finalmente me he puesto en marcha no tengo intención de dejar de escribir.
-¿Tienes
algún referente claro para ponerte a escribir? ¿Y algún autor menos conocido?
J: Está más
que claro que me encanta la forma de narrar de Clive Barker, con esa terrible
sinceridad en los detalles y esa presencia de la sexualidad. También he
aprendido muchísimo del Gaiman guionista de cómics y su maestría para crear
personajes y cruzarlos y descruzarlos. Relativamente menos conocido, Sergei
Lukyanenko y su saga de los Guardianes, que también es fantasía urbana y
que cuenta las cosas de un modo muy distinto a como lo hacen los autores
anglosajones. De Lukyanenko probablemente me venga esa necesidad de que los
personajes escuchen música y que esas canciones formen parte también de la
historia.
-¿Alguna
manía al ponerte a escribir? ¿Qué necesitas para llegar al momento Zen?
J: Dos.
Imprescindibles. En primer lugar cada libro tiene su canción principal, y la
sesión de escritura debe empezar obligatoriamente por esa canción para entrar
en situación, sin teclear hasta que no estoy en el tono adecuado. Y una vez en
marcha, cuando las fuerzas flaquean, siempre viene una infusión de manzana y
canela para seguir un rato más. Como escritor abstemio que soy todo lo que
concibo surge de una mente sobria. Lo cual no sé si me deja en mejor o en peor
lugar.
-¿A
qué tipo de lector recomendarías tu obra y a cuál no?
J: Se lo
recomendaría a cualquier lector que vea películas de terror, y a cualquiera que
lea novelas de fantasía. A cualquiera que esté un poquito cansado de novelas
que se frenan para adecuarse al público juvenil, y que no le preocupa que una
novela no sea fácil, que no le importe avanzar un poco hasta que todo empiece a
encajar. Pero a una persona que no le gustan las películas de terror, a la que
CSI le da pesadillas y que sólo se interesa por lo romántico y sentimental, no
podría recomendársela. A lo mejor se sorprende y le gusta, pero no se la
recomendaría.
-¿Quién
te gustaría que te leyera? Y Un libro que te hubiera gustado escribir.
J: Me
gustaría que me leyera todo el mundo. Tal cual. Porque creo que en literatura
nos encasillamos mucho más que en cine o en música. Nos arriesgamos a ver
películas de géneros que no suelen gustarnos, escuchamos en la radio algo
inesperado que resulta que nos encanta, pero no cogemos un libro fuero de
nuestra zona de comfort. Yo el primero. Me cuesta la vida salir de la
literatura de género. Y eso que soy filólogo hispánico y profesor de
literatura. La mayoría de los novelistas contemporáneos de los que hablo no me
los he leído. Así que, para compensar, me gustaría que a mí me leyese todo el
mundo.
En
cuanto a qué me habría gustado escribir, no soy nada envidioso, y pienso que si
hubiese escrito alguna de las cosas que más me han gustado no habría podido
disfrutar de leerlas. Aún así me habría encantado escribir Embassytown,
de Miéville. Por su construcción, por su originalidad, por su complejidad, y
porque el conflicto es lingüístico. Mi corazón de profe de lengua tiembla de
emoción.
-¿Llevas
un blog desde hace tiempo, ¿qué relación tienen Las Casas de Carne con la Saga de
la Ciudad?
J: Como
blog, las Casas de la Carne es una división necesaria entre el Juan del día a
día, que es profe, que va a comprar y cocina pasta con setas al curry los fines
de semana, y que cuenta cuentos con peluches; y Juan Cuadra, escritor de horror
y fantasía, que escribe otras cosas. Y a los que conviven conmigo no les
interesa necesariamente la parte de escritor de horror. Y los que están
empezando a leerme quizás no necesiten saber lo que cocino. Por eso un blog
literario. En cuanto al nombre, las Casas de la Carne son el elemento central
de la Saga de la Ciudad. Su corazón. Lo que la define, y donde todo lo
importante sucede y se decide. Y sí, sé que las Casas de la Carne no aparecen
en ninguna parte de El libro de Ivo, y que puede parecer una decisión
extraña el no presentar en el primer volumen de la historia algo tan
importante. Pero es que las Casas de la Carne sólo pueden ser posibles tras los
acontecimientos que se desarrollan en El libro de Ivo, y cuando tengas El
libro de Sombra entre tus manos lo entenderás perfectamente. No puedo
adelantar más.
Una entrevista muy interesante, aunque me habría gustado leer el libro antes para conocer un poco más algunos de los temas que comentáis, me ha gustado ver los orígenes del escritor (yo también estuve un tiempo por el mundo del rol escrito y realmente es un buen ejercicio). Me han entrado muchas más ganas de leerlo, a ver si lo consigo pronto.
ResponderEliminar¡Un beso!