Toh-EnJoe ha sido un descubrimiento de lo más extraño para
mí. Creo, de hecho, que han sido las historias más surrealistas y simbólicas
con las que me he topado hasta ahora. Gracias a Odo de Sense of Wonder y a
Cristina Jurado que me propusieron junto a ellos leer esta antología y
comentarla cada uno en nuestros respectivos blogs, pude conocer al autor
japonés de ciencia ficción.
Estamos hablando de la antología de relatos Self-Reference
Engine. Esta antología se puede leer en cualquier orden ya que cada relato se
supone independiente. Pero no en su totalidad, pues siempre hay un hilo, por
pequeño que sea, que conduce a otro relato. De hecho antes de la introducción
nos proponen un mapa de lectura al estilo “Elige tu aventura” llamado “A map
mapping maps”. En total hay 20 relatos bastante cortos. Desde luego mi
aproximación a la descripción es totalmente insuficiente. El trabajo es
experimental y requiere de parte del lector un gran trabajo de adaptación. Algo
que se sale totalmente de mi zona de confort.
Antes de empezar la reseña quiero hacer mención a la recién
descubierta editorial Haikasoru que solo publica en inglés autores nipones, y
creo que solo ciencia ficción (de esto no estoy muy seguro ya que no me he
mirado todo su catálogo). Una interesantísima editorial para investigar.
Podríamos catalogar la obra y los relatos como Ciencia
Ficción Hard. De hecho la mayoría lo son, presentando teoremas, como en el
relato A to Z Theory donde un grupo de científicos (¿Matemáticos? ¿Físicos?) deciden
escribir entre todos ellos, o reformular, un simple teorema que cambia todo el
concepto que se tenía hasta entonces del mundo. También se presentan algoritmos
o fórmulas que describen el movimiento y peso de una enorme caja a través de
una sala.
Sí, de hecho el
relato trata sobre eso. El protagonista nos explica que en su familia, durante
generaciones ha existido esa caja y que cada cierto tiempo hay que moverla
hacia una dirección concreta. Se desconoce la razón, pero HAY que hacerlo. El
relato se mueve además entre el existencialismo del protagonista, que
continuamente se pregunta si no debería abrirla y qué encontraría dentro si la
abriera, y en caso de hacerlo qué ocurriría. Las teorías que desarrolla el
personaje podrían rozar incluso la paranoia. Pero estamos hablando de
japoneses.
Mi interpretación en cuanto a muchos relatos es que cuando
pasas demasiado tiempo elucubrando sobre una teoría acabas en un punto en que
las ideas acaban en el mismo nivel de credibilidad que de absurdo. Creo que el
autor nos quiere dejar muy claro que sus personajes muchas veces conciben
aspectos totalmente absurdos de la vida y los tergiversan para darles cierta
forma real. Y viceversa, transformar algo totalmente tangible en algo
irracional. Aun así no creo que lleguen a la locura.
Al principio había visto pocos reflejos de la cultura
japonesa en esta obra, pero según iba asimilando el terrible caos que tenía
tras haber pasado por la lectura me di cuenta de que el autor sabe, con
bastante destreza, aplicar trazos de un Japón industrial, moderno y ahogado por
el trabajo y el tiempo.
Solo tenéis que leer un relato en el que un hombre se
cuestiona su propia existencialidad debido a que una mañana pierde un calcetín.
No os digo más, pero lo considero muy revelador. Hasta qué punto llega una
persona cuando su monotonía y su costumbre dan un pequeño vuelco, una pequeña
piedra en el camino. Una historia con múltiples lecturas.
El japonés “estándar” suele ser una persona introvertida
pero con una mente que bulle de actividad. Sin apenas modificar su rostro puede
estar pensando en todo tipo de cosas y experimentando muchos sentimientos. Los personajes
de Toh-EnJoe son todos vistos desde dentro. Estamos en sus cabezas y podemos
ver la enorme cantidad de ideas que van fluctuando e interconectándose entre
ellas. Igual que los relatos de la obra.
Pero también hay humor, de hecho creo que toda la obra
rezuma cierta ironía hacia los temas tratados. Todavía no he sido capaz de
discernir el significado de bastantes relatos, pero es una novela plagada de
símbolos ocultos por una capa de absurdo, fórmulas y calcetines parlanchines.
Una antología/novela/experimento que me ha encantado poder
disfrutar junto a Odo y Cristina Jurado y que, a pesar de que quizá no guste a
la mayoría de la gente, es una experiencia bastante curiosa como para tener en
cuenta. No os asustéis ante la obra, ya que el inglés es bastante sencillo y la
prosa muy fluida para no dificultar la lectura (que ya de por si es
complicada).
¿Quién no ha querido saber alguna vez que pasaría si una línea
del tiempo que va hacia delante se cruzase con otra línea temporal que va hacia
detrás y en medio de todo ello se encontrara una bala, una niña y un
francotirador? Las teorías están servidas.
Aquí podéis leer la reseña de odo en Sense of Wonder y la de Cristina Jurado en Más Ficción que Ciencia.
Hola, he iniciado el proyecto 365: escribir un relato cada día del año. Estoy pensando agregar tu blog a mi lista de blogs amigos. Qué te parece si te pasas por mi blog y te planteas añadirme a la lista de blogs que sigues? Soy http://pepitas-de-oro.blogspot.com
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