Rosalera, de Tade Thompson, publicada por Runas/Alianza y traducida por Raúl García Campos, es una novela de ciencia ficción complicada de definir. Cristaliza tantos elementos y subgéneros e ideas que cualquier intento de sinopsis se quedaría corto o podría llevar a confusión o a falsas expectativas. De hecho, hablando con algunos amigos me he encontrado precisamente el comentario de "no me esperaba esto, la sinopsis apunta a otra cosa", así que voy a intentar ser lo más específico posible, pero disculpad si a lo largo de la reseña divago o me voy por las ramas para explicar algo en concreto. Rosalera es una novela de contacto, es decir, la trama principal gira en torno a los humanos que entran en contacto con una raza extraterrestre. La novela está ambientada en Nigeria en el año 2066 y la protagoniza Kaaro, un humano sensible, es decir que dispone de las habilidades para penetrar la xenosfera, una cúpula gigantesca que supone un espacio telepático aparecido en el lugar y alrededor de la cual se construyó Rosalera, una ciudad a poca distancia de Lagos. Kaaro tiene dos empleos, en un banco evitando que otros sensibles puedar burlar la seguridad de propio banco y como agente de una organización secreta del gobierno, la sección 45.
Rosalera es una lectura ágil, que salta entre dos líneas temporales, la que narra la fundación de Rosalera y las primeras consecuencias de la xenosfera y la actual, el presente, en el que viviremos la historia de un Kaaro adulto que arrastra un pasado oscuro y tumultuoso. Novela de alienígenas, de espías, de misterio, thriller, criminales telépatas... Rosalera aúna una gran cantidad des aspectos, y es que yo la definiría como una novela de ideas. Y qué ideas. El derroche narrativo de Thompson es sobresaliente, un libro que se desborda por todas partes. Y quizá esta sea mi única pega, que la novela es tan fértil que puede llegar a parecer "demasiado". Y me explico: Yo siempre he preferido que un libro cuando explique algo lo desarrolle todo lo posible. Sí, Thompson lo hace, más o menos, y de hecho se avecinan dos libros más en este mundo, pero tengo la sensación que en ciertos momentos ha querido abarcar tantísimo que he tenido que dejar reposar la lectura.
Rosalera también trata la religión y sus consecuencias, pues la xenosfera se convierte en objeto de culto y adoración. ¿Acaso unos alienígenas con tal despliegue tecnológico no serían nuestros dioses? ¿Nuestros creadores? Para mí hay una idea que destaca sobre las demás, y es esa mutación que parecen sufrir algunos humanos a causa de la aparición de los alienígenas, la telepatía, los sensibles. ¿Por qué Kaaro la adquiere? ¿Cómo? ¿A qué se debe? Sin revelaros nada creo que la justificación primaria de esta "mutación" es muy interesante y tiene muchísimo sentido, pero como comentaba antes, Thompson no se queda en ello y explora las posibilidades narrativas de un elemento como los sensibles. Digamos que los sensibles pueden acceder a una especie de sistema digital a través de la xenosfera. Como si se conectaran a la red en la novela de Neuromante. ¿Por qué? Ya lo leeréis.
En conclusión, Rosalera pretende ser una historia entretenida, de aventuras y de misterio, ah, y autoconclusiva, claro. Pero aprovecha para desarrollar ciertas reflexiones adheridas a la corriente del afrofuturismo y Thompson aprovecha para reflexionar sobre ciertas etapas culturales de África (aunque quizá más de pasada). El estilo de Thompson, con la excelente traducción de Raúl García Campos, es fluido y eficaz, sirve a su propósito y no hace gala de grandes florituras, algo que se agradece en una novela de este estilo. Rosalera es un libro importante y más para los interesados en esa ciencia ficción escrita desde fuera de la mirada occidental, con raíces africanas y desde luego con intereses narrativos originales y con un enfoque distinto. A nivel personal he disfrutado una barbaridad este libro, y me he emocionado muchísimo. No me ocurre muchas veces lo de quedarme enganchado durante más de 100 páginas a una historia, y Rosalera lo ha conseguido. Una historia memorable a la que ya tengo unas ganas tremendas de volver en su segunda novela. Esperemos que Runas se anime a traducirla.
Joder, que ganas tengo de leer esta novela. He de admitir que el tema de "primer contacto" siempre me ha llamado la atención y ya solo por eso la quería leer, pero después de tu reseña, aún le tengo más ganas, pues parece que todas las temáticas que toca Thompson son interesantes. Nada, habrá que leer :)
ResponderEliminar¡Un saludo!
Rosalera es la hostia, el hype por el segundo libro es tremendo.
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