Passing Strange, de Ellen Klages


Puede que fuera coincidencia, pero durante una temporada, cada libro que leía de la colección de novelas cortas de Tor.com estaba centrado en relaciones queer y LGTB, y aunque en general muchas de las historias me parecían excelentes, la fijación por la orientación sexual de los personajes ocasionaba que las tramas se desdibujaran en algunos casos. Con Passing Strange, de Ellen Klages por fin llegué a una de esas obras que reinvinca una especulación sobre la sexualidad al mismo tiempo que ofrece una historia interesante (y en este sentido tuve ciertas reminiscencias sobre alguna obra de Delany), aunque peca de no ser sólida. Passing Strange es, ante todo, una novela corta muy extraña en la que se mezclan historia, romance, fantasía y arte en un San Francisco de la década de los 40. Aunque el escenario no es demasiado específico y la autora no se detiene demasiado en la reconstrucción del lugar, la trama y los personajes aguantan bien el peso de toda la novela.


La historia, como ya he dicho, sucede en la década de 1940, donde un grupo de mujeres que se autodenominan el Círculo suelen tener reuniones regulares. Todas son lesbianas o bisexuales. Haskel conoce a Emily, una nueva miembro del club y se enamoran, peeeero se van encontrando una serie de obstáculos que les impide vivir una vida tranquila y en pareja. Al mismo tiempo, en el presente, conocemos a Helen, una mujer norteamericana de acento japonés que vende obras de arte originales de una artista llamada Haskel (en general reinterpretaciones de cubiertas pulp de novelas de ciencia ficción y revistas de género). 

Voy a intentar explicar por qué me ha gustado el libro, ya que tengo la impresión que en general, no va a gustar demasiado. La novela tiene un ritmo y una estructuración extrañas. Por ejemplo, Helen comienza siendo la principal protagonista del libro, y a las pocas páginas deja de aparecer y no sabemo por qué. Bueno, podemos intuir que es cosa de otro personaje, Franny, pero no se dice claramente. La atmósfera del libro es genial, y ofrece un San Francisco vivo y multicultural interesantísimo. Las reuniones del Círculo son muy divertidas y es agradable leer un libro donde hay positivismo y esperanza. Pero es cierto que peca de naív en algunos momentos, de parecer una excusa para explicar una historia de amor sin mucha enjudia, o incluso de un ritmo irregular. Pero quizá ahí resida la clave, es una historia sin pretensiones, sencilla, bonita y ya. No hay más. Una historia de amor de dos mujeres y de magia en un San Francisco del pasado.

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