David Gil es un escritor al que conocí de pura casualidad,
pues como muchos otros autores, lanzó su novela autopublicada al océano de
Amazon. Dicha novela, El guerrero a la sombra del cerezo (el cual parece que finalmente va a salir en papel) se
cruzó en mi camino y la compré, aunque nunca la llegué a leer. David da el
salto a un monstruo editorial como es Penguin Random House y publica un thriller con aires de best-seller en el sello Suma de Letras
(sí, ahí donde se publicó al hijo de Stephen King) titulado Hijos del dios binario. En cuanto me
enteré de la noticia, mi alarma para “todo lo que tenga un aire cyberpunk o se parezca a Ghost in the Shell” se activó.
Daniel Adelbert es un prospector, un oficio que consta en
localizar objetos históricamente valiosos para sus clientes. Él está
especializado en el siglo XX. Actualmente trabaja para Ludwig Rosesthein, pero
Kenzô Inamura reclama sus servicios a cualquier precio. William Ellis es
asesinado tras enviar un correo fantasma a Alicia Lagos, su antigua compañera
de universidad y examante con cierta información que pondrá en marcha a la
periodista. Alicia decide dejarlo todo atrás para investigar la muerte de Will,
la cual parece estar entrelazada con una conspiración a escala mundial. La
tercera trama sucede dentro de una institución donde parece que se entrena a
unos chavales como si fueran máquinas programables. Nicholas, uno de los chicos
que más destacan en este centro se cuestiona qué hacen en el lugar. Todo esto
sucede bajo la sombra de las enormes y todopoderosas corporaciones que, en un
futuro próximo, amenazan con tener el mundo en sus manos.
Hijos del dios binario
es un thriller de ciencia ficción ambientado en un futuro próximo. El autor
introduce elementos tecnológicos no demasiado dispares de lo que estamos
acostumbrados, pero que le sirven para construir una trama de thriller
tecnológico. Es decir, sigue existiendo Facebook, pero la realidad virtual se
ha vuelto mucho más sofisticada. Quizá el elemento que más destaca de la novela
es uno que recuerda a Neuromante, de
William Gibson (y no sólo por la influencia de elementos japoneses futuristas
en la obra), pues David incluye una forma de Internet más compleja. Lo llaman
la Red y como os habréis imaginado, se puede viajar por ella de varias formas,
ya sea con un aparato electrónico como un móvil o “entrando” directamente al
mundo virtual.
El estilo de la novela es quizá en lo que más me ha costado
formar una opinión. El propio David ha reconocido en una
entrevista que quería una novela más mainstream
y desde luego, Hijos del dios binario
tiene ese aire a best-seller (esperemos
que así sea). Me explico: se recurre a símiles manidos, los personajes no
escapan de ser clichés y las situaciones las hemos visto decenas de veces en
films como Bourne. Pero no deja de
haber cierta sofisticación en la forma de escribir de David. La estructura es
sólida, el ritmo es bueno, ni demasiado rápido, ni demasiado lento (tiene
escenas reflexivas bastante largas que me han resultado muy interesantes); la
trama no siempre es previsible, y tiene elementos bastante interesantes. Hijos del dios binario no quiere
innovar, no trata de ser original, pero sí es honesta y muestra lo que es, un
muy buen thriller de ciencia ficción, cargado de buenas ideas, muy bien escrito
y con una trama que engancha. Y me parece muy inteligente por parte de David
haber escrito esta novela, pues es accesible para todos los públicos (como bien
comenta Marta
en su blog), ha salido publicada en un sello generalista y le ha abierto
las puertas a poder centrarse en obras menos típicas y más originales (como esa
histórica sobre samuráis…).
Hola :) Bueno, como ya dije, desde que leí un poco sobre ella tengo unas ganas tremendas de leerla, y solo estoy dejándola un poco unos días para no caer en el hype de forma estrepitosa. Me llama el fondo de ciencia ficción, me gusta la trama thriller, pero sobre todo, el como todos recalcáis en lo que engancha la novela y que no te suelta, además de que esta muy bien escrito. La próxima semana me pongo :) Un abrazo!
ResponderEliminarÉste lo tienes que leer pronto, que se termina en un suspiro y es muy entretenido.
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