The Shadow of the Gods (The Bloodsworn Saga #1), de John Gwynne


A menudo se dice "si el libro que quieres leer no existe, escríbelo". Bueno, no es necesario, porque ya lo ha hecho John Gwynne con The Shadow of the Gods. De John Gwynne había oído muchas cosas, y en general positivas. Pero llevo un tiempo (un par de años) que solo permito tochos a un autor: Branderson. Y es que John Gwynne lleva ya siete libros de más de 500 páginas. Y encima todos parte de un mismo universo (dos series, una de cuatro y otra de tres libros). Pero me picó la curiosidad con su octava novela por varios motivos: la sinopsis, la cubierta y la longitud. La sinopsis, sin ser nada del otro mundo, me atrajo por la ambientación nórdica, la cubierta porque, a ver, ¿por qué va a ser? Mira ese bicharraco. Y la longitud porque el libro apenas pasa de las 400 páginas. Asequible para probar. Y menos mal, es quizá la lectura que más me ha enganchado y que más he disfrutado de 2021. No, sin el quizá. Es el libro que más me ha impresionado y más he gozado del año.

La novela nos sitúa en un mundo pseudo-medieval nórdica donde tras una terrible batalla entre los dioses estos murieron y se extinguieron, dejando tras de sí un mundo difícil de habitar, sacudido por el cataclismo, y donde distintos reinos (más bien tribus) luchan por mantener sus territorios. Este lugar es Vigrið, y en esta región seguiremos los pasos de tres protagonistas: Orka, Varg y Elvar. Los pasos de todos ellos están marcados por la violencia, la sangre, el honor, la fama en batalla o la venganza. Y es que Gwynne va a lo que va: una historia mitológica de inspiración vikinga pero de corte moderno. Tenemos dioses, sí, pero apenas intervienen. Tenemos batallas, pero no son grandes ejércitos que chocan entre sí, sino personas que sirven a distintos señores y luchan por oro y por fama. Y tenemos a los típicos personajes que se guían por la espada. Pero nada de heroicidades. Orka, por ejemplo, es una bestia parda. Destroza, desgarra, apuñala y asesina de las formas más brutales. Y es esta brutalidad, este tono oscuro (rozando el grimdark, aunque yo no diría que se trata de fantasía grimdark) lo que dota de tanto realismo al libro. Sí, una historia con dioses gargantuescos, magia (o un cierto tipo de magia que ahora paso a explicar) y situaciones casi imposibles tiene un tono de hiperrealismo que le va que ni pintado. Me recuerda mucho a Mongoliad, de Neal Stephenson, pero con una carga más fantástica (si cabe).

La magia en la novela de John Gwynne libro me ha gustado mucho. Algunos personajes descienden de razas de semidioses, pero debido al cataclismo estas razas son perseguidas y esclavizadas por su peligrosidad. Son los apestados del mundo. Estos personajes tienen la particularidad de poder "invocar" ciertos avatares que les proporcionan velocidad, fuerza, visión entre otras cosas. Orka, por ejemplo, es una berserker y puede invocar un instinto asesino animal que le permite tener más fuerza y más resistencia. Gwynne, sin explicar mucho, nos da las pinceladas necesarias para entender cómo funciona ese mundo y estos avatares, dotando a The Shadow of the Gods (título con múltiples interpretaciones, una podría precisamente ser esta) de un halo de misterio y profundidad muy interesante. 


Pero el punto fuerte de The Shadow of the Gods no es la acción desenfrenada, ni el ritmo casi excelente, ni la estupenda prosa de John Gwynne; el punto fuerte son los personajes. Y es que al fin y al cabo se trata de una novela de personajes que sufren distintos dramas y tragedias y que tratan de encontrar su humanidad en un mundo cruel y visceral. En particular he disfrutado mucho de Orka, madre de un niño raptado y antigua guerrera que había intentado colgar las armas. Una mujer de mediana edad con un objetivo claro: recuperar a su hijo a toda costa. Y si tiene que degollar a todo el país para lograrlo, eso hará. Los monólogos internos de los personajes y la evolución de los mismos a lo largo del libro (estamos hablando de 400 páginas llenas de acción, aventura y con tres puntos de vista distintos) es prácticamente perfecta. Y cada una de las tramas tiene su estilo narrativo: una más piratesca, de banda que busca fama y gloria, otra de tragedia familiar muy adulta y oscura, y otra más de aventuras juveniles. En definitiva, una maravilla.

John Gwynne es un grandísimo escritor, y me sorprende (o quizá no) que no sea mucho más conocido ni se le haya traducido al español todavía. Fijaos si me ha gustado tanto este libro que me he comprado del tirón sus anteriores siete novelas. Y es que hace ya un año que lo leí (la reseña la dejé a medias, como todo) y todavía tengo la historia vívida en mi cabeza. Un estilo impecable, emocionante y dramático. Unos personajes vivos y profundos, y un mundo interesantísimo y lleno de misterio. Espero que John Gwynne siga escribiendo durante muchos años, porque esto es lo que me da la vida como lector.

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