They Do the Same Things Different There de Robert Shearman [Reseña]



Si hay algo interesante sobre las publicaciones de ChiZine es que siempre se salen del molde. Su catálogo se podría catalogar como weird si generalizamos, o también como slipstream, pero para ser justos, podríamos decir que sus obras son algo más indie o underground. Con esto quiero decir que son obras poco comerciales (no están enfocadas a un público de best sellers), son experimentales y sobre todo transgresoras. Ya son más de un par de obras publicadas bajo el sello ChiZine que he leído y el poso que me queda suele ser el de sorpresa y algo de gozo por haber leído algo tan diferente.

Voy a empezar esta reseña de forma diferente. La portada. Debo decir que si me fijé en esta antología de Robert Shearman fue por la espectacular y llamativa portada. Recuerdo estar leyendo el libro y que Agata me dijera “esa portada me da mucho mal rollo, Alex”. Y es cierto, la parte gráfica de la obra es excelente y creo que cumple con su cometido: atraer al lector cual cuervo a un objeto brillante y resumir en un concepto qué va a encontrar dentro: algo que da mal rollo, raro y extraño.


Robert Shearman no es un desconocido para mí, pues ya había comprado anteriormente una obra suya (aunque no la he leído) llamada Remember Why You Fear Me también publicada en ChiZine. Y había leído otro relato suyo publicado en Saturnalia, una antología de cuentos publicada por Fata Libelli. Además el autor es bastante conocido por ser guionista de algunos episodios de Doctor Who. Este último dato lo descubrí posteriormente a leer la antología pero creo que es importante ya que nos da una pista sobre el cosmos del autor. Sus historias tienen un gran componente de fantaciencia que nunca queda explicado. Robert Shearman ha ganado el World Fantasy Award, el Shirley Jackson Award y tres British Fantasy Awards.

Pongamos por ejemplo la primera historia de la antología They Do the Same Things Different Here: Luxemburgo de la noche a la mañana, desaparece. En su lugar queda un enorme vacío cubierto por agua, un enorme lago. El relato no se para ni una sola página a elucubrar sobre esto, sino que estaremos en la piel de una mujer cuyo marido estaba en Luxemburgo en el momento de la desaparición del mismo. Ella, algo sociópata, no sabe cómo sentirse, pues no le da pena alguna. Se siente confundida pues ella cree que amaba a su marido, pero desconoce la forma correcta de reaccionar ante este hecho. En resumidas cuentas, el relato versa sobre la reacción de las personas ante una catástrofe tan inexplicable como ésta.

Y esto es un buen resumen para casi todos los relatos, pues en la mayoría ocurre algo totalmente inexplicable que zarandea la monótona vida de los protagonistas. Personas algo inestables, inseguras y poco comunes; que se ven totalmente confundidas y fuera de lugar ante la situación.

Shearman crea mundos que pueden parecer el nuestro, hasta que de pronto un acontecimiento nos hace abrir los ojos como platos. ¿Muertos que se convierten en instrumentos? ¿La magia como instrumento de guerra entre ángeles y demonios? Algunos relatos parecen incluso oníricos, sacados de pesadillas oscuras. Pero no nos confundamos, no hay terror en esta antología, aunque a veces el weird o lo extraño pueda parecerlo (ya se sabe que aquello desconocido y que se asoma a la puerta como una sombra, suele ser lo más temido).

Shearman escribe de forma muy oscura y directa, sin rodeos poéticos, sin largas descripciones. Sus diálogos son áridos y secos. Las situaciones que pueden parecer inverosímiles son de lo más creíbles e incluso podemos identificarnos con ellas. Shearman ahonda en los miedos y deseos más oscuros de sus personajes para hacernos sentir incómodos ante situaciones surrealistas y fantásticas.


Si eres como yo, de esos lectores que aprecian un final misterioso, con un final abierto a libre interpretación y relatos que se quedan arañando la mente durante días, esta antología es una buena lectura para ti. 

Comentarios

  1. Justo lo he empezado esta semana y por el momento me está gustando mucho. Este tipo de relatos me suele encantar, pero no para leerlos de un tirón sino para ir saboreándolos poco a poco. Y a ver si con tu estupenda reseña se anima alguien más a leer a este autor, que creo que se lo merece.

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    1. Yo me quedé enganchado y en dos noches los terminé, y eso que la antología no es breve. Tienen un potencial muy alto.

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  2. Me encanta este autor, pero yo no puedo ser objetiva :P

    Si te mola Shearman y saliéndose más del molde todavía, prueba con un autor de relatos israelí que tiene un rollo algo parecido (más surrealista que terrorífico, eso sí): Etgar Keret. En Siruela han publicado dos colecciones de cuentos suyas.

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    1. Pues me lo apunto, porque sí, me encantan las historias de este rollo. Probaré con Keret!

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