A veces
llegas a libros de los cuales esperas poco y estos te sorprenden página tras
página. Ya sea por formato, edición, estilo, argumento o una mezcla de todo
ello, estos libros que te sorprenden suman puntos tan solo por el factor
sorpresa. Justice in a Dead Land ha
sido uno de esos libros para mí.
Normalmente
aporto información sobre la autora y sobre la obra de forma previa a la reseña
y como complemento de la misma. En este caso no es posible pues no he
encontrado apenas nada en internet. De hecho la página web de la autora tiene
tan solo dos posts, uno anunciando la salida de esta novela y otro enseñando la
portada de la segunda parte.
El principio
de la historia es algo confuso, nos presentan a unos personajes que luchan por
sobrevivir en una tierra que ha sido devastada por algo. Pronto sabremos que
ese algo es magia, pero no la magia a la que estamos acostumbrados, en este
mundo la magia es una especie de lava radioactiva multicolor que brota de
lugares infectando el agua potable. De hecho la descripción de la magia me ha
recordado al Polvo de la trilogía La
materia oscura de Pullman.
Es complicado
contar algo más de la trama sin entrar en spoilers importantes ya que la obra
tiene apenas 40 páginas de longitud. Esto fue algo que me confundió al
principio, pues como ya he dicho, no he encontrado información de la obra ni de
la autora en ningún lugar. ¿Es esto una especie de avance editorial o un
fragmento de la novela entera? Al terminar de leer el libro comprendí que se
trata de una historia serializada, publicada en fragmentos semiautoconclusivos.
Digo “semi” porque en 40 páginas a la autora no le da tiempo de presentar todo
el mundo y a los personajes en profundidad y cerrar el relato. De todas formas
para que os hagáis una idea, el concepto de esta publicación es parecido al de
Cybersiones de Santiago García Albás.
La novela se
lee muy, muy rápido, y es que la historia es muy adictiva. Además el hecho
de estar llena de diálogos aligera el ritmo de lectura. Y es que los diálogos,
en mi punto de vista, son el punto fuerte de la novela. Son diálogos ligeros
aunque largos que funcionan perfectamente en este tipo de novela serial, y que
en una novela más larga quizá no hubieran funcionado. En una novela larga se
requiere quizá de más texto y explicación, de introspección y profundidad. Aquí
todos esos datos son facilitados por diálogos.
La
ambientación de la obra es totalmente western.
De hecho parece un spin off de El pistolero de Stephen King (sí,
aquella saga de siete libros que empieza de forma espectacular y se desinfla. Y
esto ha sido un punto muy positivo para la obra, ya que me ha recordado
emociones de otros libros.
He leído por
ahí algún comentario que la clasificaba como “distopía juvenil”. Personalmente
no veo el “distopía” por ningún lugar. Si es cierto que hay cierto bando, por
llamarlo de alguna forma, más divergente y otro que intenta recuperar la
Justicia (sobra explicar qué debe ser esto de la Justicia); pero para mí esto
es postapocalíptico, totalmente. Vaya, que hay un apocalipsis y el mundo deja
de ser lo que era, ¿qué más se necesita para una novela postapocalíptica?
En conclusión
es una obra que aunque su argumento es poco original, la forma de contar la
historia me ha parecido muy atractiva. Una forma de publicación por fascículos que
me parece muy arriesgada y que difícilmente funcionaría en papel. Corta y muy
entretenida, y además hay más por llegar, ¿necesitáis algo más para leer la
novela?
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