Hugo Camacho, editor de
Orciny Press, ha demostrado con sus títulos que su propuesta es diferente, es
interesante y es de calidad. Así lo demuestran títulos como Fantasma de Laura
Lee Bahr que ha sido nominada al Kelvin 505 y al Ignotus. Creo que es una
editorial a la que hay que seguir la pista desde cerca para encontrar títulos
poco comunes y que sirven para descubrir una literatura diferente. Orciny Press
vuelve con otro título del ya cada vez más conocido subgénero bizarro, titulada
La casa de las arenas movedizas, de
Carlton Mellick III, uno de los autores más conocidos dentro del bizarro y del
que podemos encontrar títulos realmente delirantes (os invito a investigar
sobre el autor en Goodreads). Un subgénero a medio camino de la fantasía,
ciencia ficción, y el weird.
La casa de las arenas
movedizas es una historia extraña cuya finalidad parece la de romper todos los
límites que pueda tener un texto. Es irreverente en su crítica mordaz, directa
y descarnada. A su vez es tierna (un adjetivo que se ha usado mucho para
describir la obra) e incluso diría que bondadosa. Ilimitada, despiadada o
salvaje. Es imposible abarcar esta novela con adjetivos. Quizá me quedaría con
experimental. Sí, un experimento que funciona. Asistimos a la história de Polly
Pulga, dos hermanos que viven en una casa gigantesca en un mundo distópico. La
casa es tan grande que jamás han podido ver a sus padres. Sus vidas transcurren
con normalidad, van al colegio y hacen lo que hacen todos los niños, pero con
una certeza latente de que en algún momento sus padres llegarán, aunque nunca
ocurre.
La novela de Mellick es
adictiva a un nivel enfermizo. Recuerdo terminarla sorprendido en apenas un par
de días. La casa de las arenas movedizas se sirve del miedo a lo desconocido,
de terrores infantiles, y de traumas originados por esta ausencia paternal para
generar reacciones sentimentales que llegan como impactos al lector. Los dos
protagonistas deambulan entre la fina línea de la rebeldía o la obediencia
hacia unos padres ausentes pero cuya presencia llena cada rincón de la casa.
Pero la novela está repleta de elementos simbólicos que resemblan ideas y
reflexiones muy inteligentes. Y todo ello culmina en el clímax final cargadísimo
de drama.
Un viaje de aprendizaje,
tanto exterior como interior, un mundo que cual País de las maravillas, nos
bombardea con imágenes, significados y conceptos. La casa de las arenas
movedizas es una novela que utiliza la libertad creativa para construír una
historia que funciona y que reflexiona, en definitiva, sobre la infancia, el
aprendizaje, y los traumas de una ausencia paternal. Hugo Camacho hace un
trabajo excelente tanto con la traducción como con la edición de esta novela.
Yo no puedo dejar de recomendarla. ¿Os atrevéis a seguir al conejo blanco?
Hola :) Aparte de este título, le tengo muchas ganas a "Nunca digas vodka, nunca jámas", desde que Fantasma me encanto no le pierdo la pista. Me atrevo a seguir al conejo blanca, una y mil veces. Un abrazo^^
ResponderEliminarAhora entiendo lo que querías decir sobre que cuando ves los títulos te tiran pa'tras jajaja. Aunque, a decir verdad, a mí las cosas así rarunas me llaman, supongo que porque una parte de mí se siente identificada. Muy interesante la crítica. Noomi.
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