Almohada de hierba, de Natsume Sôseki


Almohada de hierba (Kusamakura) es una obra curiosa. Se puede considerar transitoria, al definirla dentro de la bibliografía de Sôseki, ya que muestra la división entre dos períodos claros de este autor. Almohada de hierba fue publicada en 1906, en el mismo año que una de sus obras más conocidas, Botchan. Esta obra, que comentaré en más detalle en otra ocasión, es una historia semi-biográfica y con un fuerte componente satírico, en el que seguimos las desventuras de un profesor que se ha mudado a un pueblo y tiene que dar clase en su nueva escuela. Pero volvamos a Almohada de hierba. ¿Por qué considero esta obra transitoria? Lo más sencillo para mí sería decir: “leed en este orden Soy un gato, Botchan, Almohada de hierba, El caminante, Kokoro”. Las dos primeras tienen un tono satírico, humorístico y son muy divertidas. Además hay una segunda lectura de crítica y con una atmósfera más oscura. Recomiendo leer la introducción a la obra escrita por la editora de Chidori Books, Margarita Adobes. 
"Por este motivo, ya sea en la naturaleza o en temas humanos, el artista se adentra en terrenos a los que las masas ni se acercan; examinan miles de piedras preciosas y son capaces de distinguir las mejores de entre todas ellas. "
Almohada de hierba recibe este nombre debido al epíteto de las novelas clásicas en referencia a los viajes: “en que se duerme sobre una almohada de hierba”. Sôseki definió esta obra como una “novela-haiku” y es que la belleza de la comoposición, la falta de un argumento claro y lo poético de la narración nos hacen pensar en un largo y extenso haiku fuera de su estructura formal. Esta novela explica una historia con la clara intención de obsequiar al lector con un dominio impresionante de la escritura. Leer los pasos del caminante a través del bosque es estar allí mismo, el camino al balneario de Oama es embriagador y las descripciones de Sôseki junto a sus reflexiones sobre filosofía y arte son espectaculares. Este balneario se encuentra cerca de la región de Kumamoto, lugar en el que el autor residió durante un tiempo, y este detalle, junto a muchos otros, es de los que confieren ese realismo tan hermoso al relato. La trama nos presenta al narrador, que en su búsqueda de un lugar de reposo y reflexión se dirige a este balneario en el cual será el único huésped. El narrador es un artista, escritor de haikus, y en este retiro busca paz espiritual para recuperar la inspiración. En este balneario el artista no logrará pintar nada pero sí componer haikus. Sôseki nos intercala haikus con reflexiones sobre cuestiones artísticas o de belleza. Reflexiones que se acentúan cuando aparece una hermosa joven que será la musa del artista. Nami es la hija del propietario del balneario y su existencia es extraña e incluso salvaje. Entre ella y el narrador se desata una especie de duelo poético a través de la composición de haikus. Esto fascina al narrador que intenta por todos los medios retratar a la mujer y captar el momento de belleza perfecto, el aware, en un poema o pintura. 


Hay elementos fundamentales en la obra de Sôseki que podemos encontrar reflejados en la relación que se establece entre Nami y el artista y todo el juego narrativo que surge de esta relación. El aware (sentimiento de compasión), el conflicto entre ninjô y el no-ninjô, mientras que el primero refleja la humanidad o los sentimientos, este último representa lo contrario. Además a lo largo de la novela veremos reflexiones contemporáneas a su tiempo, incluso esa aversión que el autor desarrolló por occidente debido a su estada en Inglaterra. El camino del artista y sus pensamientos convierten la obra en su verdadero propósito, un ensayo sobre estética y filosofía del mundo oriental en contraposición al occidental y sobre poesía y arte. En resumen, una de las obras del autor más rebosantes de un hermoso lirismo repleto de perlas narrativas.
Este mundo no lo han creado ni los dioses ni los demonios. Lo han creado personas corrientes, vecinos que viven a la vuelta de la esquina. No hay más mundo que el que ellos han construido y, si lo hubiera, se trataría de un lugar inhóspito, completamente despoblado en el que sería muy difícil vivir.

Almohada de hierba es una obra difícil de encontrar en inglés (sino imposible) al igual que en español (publicada en 2009 por Ediciones Sígueme y con una distribución algo tímida). Que Chidori Books se haya lanzado a la piscina con esta obra es digno de elogio. Y no sólo por el entusiasmo mostrado por su editora, sino la cuidada traducción de Judith Zamora que no desmerece, e incluso ensalza la escritura de Sôseki. No quiero imaginar la dificultad de traducir del japonés, pero todavía debe ser más complicado si estamos hablando de una “novela-haiku”. Repleta de un lenguaje muy buscado y concreto, y Judith Zamora consigue esa plasticidad y lirismo que Sôseki pone en esta obra. En esta obra, Sôseki no se esconde tras un gato, en esta ocasión lo hace tras un artista. “Aunque es imposible afirmar que Sōseki pueda identificarse con el protagonista de Almohada de hierba al puro estilo naturalista, sí que es cierto que el autor se sirvió de su propia experiencia al ambientar esta novela, pues la ubicación de su exigua trama se  inspira en el remoto balneario costero de Oama, próximo a Kumamoto, localidad en la que, como recordará el lector, había residido Sōseki.” Margarita Adobes, introducción de Almohada de Hierba. Un pintor que en busca de la inspiración, se dedica durante la obra a un viaje introspectivo en un lugar prácticamente aislado. Kusamakura es una obra que necesitó de cierto período de incubación en Londres. Esto ayuda a Sôseki a mirar hacia atrás sin desprenderse del presente. Es una contradicción ya que el protagonista repudia constantemente el individualismo para la búsqueda de la inspiración y el arte, él mismo es sus poemas y sus haikus y su yo se ve proyectado en las reflexiones que plasma en el libro. En Almohada de hierba podemos apreciar el sentido de la comedia y la sátira junto con una belleza narrativa impresionante. Esta obra se puede considerar como una obra de tránsito del autor. En conclusión, esta es una de mis obras preferidas del autor y en la cual Sôseki demuestra la razón de ser uno de los autores más importantes de la literatura japonesa y, por supuesto, de la literatura.

Comentarios

  1. ¡Hola!
    Soseki es uno de esos pendientes vergonzosos (vergonzosos porque aún no he leído ninguna novela suya xD), pero tengo Botchan (en una edición de Proa preciosa) esperándome en la estantería... tengo que admitir que estoy esperando el momento justo. Eso sí, me he acercado un poco a los haikus de Soseki con una antología preciosa (Tintes del cielo) y me encantaron, así que creo que esta novela me va a gustar. Por supuesto, me la apunto y sobretodo si te ha gustado tanto.

    ¡Un beso! Y gracias por la reseña, me ha encantado :)

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