En uno de los pocos momentos en los que no estuvo escribiendo el pasado año, Brandon Sanderson ofreció una charla en el festival Celsius 232 de Avilés. El autor de ‘Nacidos de la Bruma’ (‘Mistborn’ para los angloparlantes) llegó a soltar la siguiente frase que bien podría servirle de tatuaje a un editor: “Todos los lectores de fantasía queremos que nos maravillen”. Es una regla sencilla, breve y fácil de memorizar. Difícilmente podríamos contradecirla o buscar una sentencia que resuma mejor las expectativas de cualquier lector de género. Y sin embargo, pocos autores lo hacen como Sanderson.
‘Imperio Final’, el primer tomo de ‘Nacidos de la Bruma’, no solo es una novela que ‘maravilla’, si no también un libro que atrapa, que brilla por su originalidad y por su consistencia. Es el inicio de una trilogía –e incluso de varias sagas si atendemos a la secuela ‘Aleación de ley’ y a los tomos que probablemente le seguirán–, pero es también una novela totalmente autoconclusiva en la que se nos presenta una única trama de corte lineal, con un solo protagonista y una estructura que más que a una novela se parece a la de un relato largo. Y es que las claves de Sanderson parecen ser la sencillez y la efectividad.
Ilustración de Marc Simmoneti. Fuente. |
En ‘Imperio Final’ seguimos el papel que desempeña la aparentemente desamparada Vin, una superviviente de las calles que ha acabado formando parte de una banda de delincuentes y que pertenece a un pueblo campesino esclavizado por la nobleza conocido como los skaa. La acompañaremos durante 688 páginas mientras descubre sus poderes alománticos y toma parte en una conspiración para acabar con el terrible Lord Legislador, una suerte de divinidad que gobierna desde hace siglos todo el mundo conocido utilizando a los misteriosos y siniestros inquisidores, figuras con clavos en lugar de ojos cuyo control de esta alomancia parece sobrehumano. Kelsie, un nacido de la bruma, es decir alguien capaz de dominar las diez ramas de la alomancia frente a los brumosos que solo pueden practicar una de ellas, ha decidido liberar a los skaa y de paso acabar con este Lord Legislador, para lo que no dudará en entrenar a Vin y enseñarle todo lo que sabe. No obstante, sus planes son un poco más descabellados de lo que deja entrever en un principio.
Como es habitual en Sanderson, la trama resulta incluso demasiado simple: una serie de personajes de escasa importancia se revela contra una gran figura de poder y con el sistema que le rodea. Se trata de una fórmula que ya ha repetido en varias ocasiones y que forma parte de títulos como ‘El aliento de los dioses’ o la novel juvenil de superhéroes y villanos ‘Steelhearth’. Sin embargo, para enriquecer toda esta historia y este universo, el autor de ‘Nacidos de la Bruma’ ha desarrollado uno de los sistemas de magia más interesantes y ricos que ha visto la fantasía moderna. La alomancia es la verdadera protagonista de toda la saga, una suerte de alquimia corporal que los brumosos y los nacidos de la bruma pueden realizar ingiriendo y después quemando ciertos metales en el interior de sus cuerpos para obtener poderes como manipular las emociones, empujar y atraer metales o potenciar sus capacidades físicas, entre otras. No diremos más. El lector debe ir aprendiendo cómo funciona este curioso recurso que Sanderson explota hasta sus últimas consecuencias, y que le valen para escribir algunas de las escenas de acción más brillantes que se han escrito dentro del género.
Entre las virtudes de este ‘Imperio Final’ cabe destacar la ya mencionada agilidad de toda la obra. Más que pulido, el lenguaje que utiliza Sanderson resulta esmerilado. Más que sencillo, efectista. A lo largo de toda la obra el lenguaje funciona como una mera herramienta que sacrifica su calidad a favor de la espectacularidad de la trama. Así sucede que probablemente no haya ninguna frase que destaque. Con Sanderson no tenemos nada de la emotiva prosa épica de otros escritores como Patrick Rothfuss, ni una voz propia, cínica y refrescante como la de Joe Abercrombie. No veremos una trama retorcida, brillante y plagada de giros inesperados a lo George R.R. Martin. Todo en la novela de Sanderson ha sido refinado para ayudar al lector mantener la atención y visualizar en todo momento lo que ocurre. Sanderson domina tanto este recurso que logra dibujar y hacer comprensibles situaciones y escenas tan espectaculares que hacen palidecer las acrobacias marciales de ‘Matrix’ hasta hacerlas parecer poco más que un torpe combate de sumo.
Y es que en ‘Imperio Final’ todo parece haber sido pensado para resultar grandioso sin perder credibilidad, y al mismo tiempo encajar como en una novela negra. Incluso el autor se permite el lujo de incluir un epílogo en el que, a la manera de la novela policiaca, ata los posibles flecos sueltos y aclarar lo que un lector más suspicaz podría tomar por ‘licencias creativas’.
Hay muchas buenas novelas por las que vale la pena empezar a leer a este autor, pero probablemente ‘Nacidos de la Bruma’ sea una de las mejores obras para adentrarse en su trabajo, no solo por el claro ejemplo que representa de toda su obra, si no también por las puertas que abre a nuevas lecturas a través de sus secuelas. En serio, leer este libro tiene mucho que ver con observar un truco de magia con cartas. Al principio puede parecer que las posibilidades resultan demasiado limitadas, pero cuando la persona que mueve las manos y hace bailar los naipes tiene la destreza de Sanderson, una sola baraja da muchísimo juego.
Aviso sobre la edición electrónica:
Un último apunte, menos amable. En mi caso leí el libro a través de un lector electrónico. La edición de Ediciones B disponible en la tienda Kindle de Amazon ha estado disponible gracias a diferentes ofertas por menos de dos euros, y aunque ahora ronda los cinco, se puede conseguir ‘gratis’ junto a sus secuelas con esa especie de tarifa plana que es ‘Kindle Ulimited’. Sin embargo, la versión que yo tengo bajada desde hace varios meses tiene un molesto defecto y es que varias (muchas) palabras al final del renglón que han sido partidas en la versión física del libro aparecen también cortadas por guiones en el ebook. Cosas como 'ce-niza' o 'Impe-rio' que no es que estropee completamente la lectura, pero desde luego no le hace ningún favor.
Reseña: Sergio Llamas
Menos mal que ya lo tengo en casa esperándome porque después de esta reseña es para salir corriendo a por él... Claro que, ahora que lo pienso, como sigáis publicando reseñas de libros que no tengo este mes voy a comprar muuuuucho xD
ResponderEliminarTengo muchísimas ganas de leerlo, a ver si encuentro un hueco.
Gracias por la reseña!
Ayer comentaba con una tuitera que Sanderson no es especialmente emotivo (en las escenas de amor, pero en general también), y pensamos que igual estamos acostumbrados que en ciertos momentos nos deslumbren con palabras bonitas o descripciones intensas, pero Sanderson, como bien dice Sergio, relega toda la espectacularidad en los acontecimientos.
ResponderEliminarUno de mis libros preferidos. :D
Genial la reseña, justamente por esta novela conocí yo el año pasado a Sanderson y quede enganchada, ya sólo por el sistema de magia merece leerlo, pero entonces te topas con personajes como Vin y Kelsier y te enamoras.
ResponderEliminarEn mi caso me arriesgaria a comprarlo en ingles :)!
ResponderEliminarMe han recomendado bastante a este autor y tengo algunos de sus libros (en inglés), pero confieso que aún no he leído ninguno (no por falta de ganas, sino por la volatilidad de quien tiene una lista de libros pendientes de 3 cifras). Tras releer un par de veces el párrafo sobre la alomancia creo que no me queda otra que ponerme con alguno, que me he quedado intrigada. ¡Un saludo!
ResponderEliminarHey puto que eventos importantes hay
ResponderEliminarPringao mejor ve a comer una ñ
ResponderEliminarPolla asada y luego te la metes por él hoyo