Joe Abercrombie - La voz de las espadas [La primera Ley I]

Estamos ante un monstruo literario importante. Joe Abercrombie se ha convertido en pocas novelas, en un autor de referencia de la literatura de fantasía, junto a colosos como George R. R. Martin o Brandon Sanderson. Antes de leerme la primera novela ya había leído muchas reseñas y noticias sobre el autor, de hecho estaban a punto de publicar Los Héroes cuando acabé de leerme La voz  de las espadas y al poco tiempo ya me había agenciado con todos estas novelas: La trilogía de La Primera Ley, Los Héroes, La mejor venganza y Red Country (en inglés). Todo esto solo leyendo el libro que hoy nos toca reseñar.

El mundo en el que juega Abercrombie tiene un componente de fantasía básico, pero sobre él dibuja los retazos de una realidad altamente comparable a la que vivimos hoy en día. La crueldad humana sumada a un humor sarcástico conforma un mundo altamente bizarro que se asemeja de manera preocupante al nuestro.

Joe Abercrombie cubre su historia con personajes duros, hastiados, sardónicos, vagos, salvajes… En resumen: anti-héroes. En esta novela no existe ninguno que haga lo que quiere hacer, ni consiga cumplir sus propósitos (en caso de hacerlo, lo hacen con la filosofía de “el fin justifica los medios”). La personalidad de los protagonistas es de una profundidad sorprendente, pero no solo de ellos, los secundarios juegan un papel importantísimo y hasta el más mínimo ingrediente esta sazonado con cuidado y dotado de alma propia.

La Voz de las Espadas está compuesta por tres historias paralelas que confluyen a lo largo de la novela. Nuevededos, Jezal, y Glokta. El primero es un bárbaro al que todos temen y llaman El Sanguinario, que evita las luchas y cada vez que lo hace se conforma con sobrevivir y salir airoso de la situación. No quiere volver al barro, no quiere matar, solo estar tranquilo, aunque parece que la muerte le persigue. Jezal es un noble adinerado, vago, lleno de dudas y de una autoestima que pende de un hilo, su único fin es entrenar para un certamen y eso le llena hastío y cansancio, replicando día tras día como un crio pequeño. Glokta es uno de mis preferidos. Trabaja como inquisidor y como buen inquisidor tortura y consigue información. Lo mejor es que es un ex soldado tullido, el cual fue torturado por el enemigo, y ahora es un hombre cínico que mira la vida con una ironía y un humor negros inusitados.

Estos personajes luchan por sobrevivir en un mundo donde las diferencias sociales se palpan, donde los cambios de cultura son tan importantes, y donde un Imperio, se ve asolado por diferentes frentes, como lo tuvo que hacer en su día el Imperio Romano. Norteños por el norte, sureños por el sur.

Lo más destacable de Joe Abercrombie es su lenguaje, su lírica, escribe genial, y sus diálogos son brutales, una mezcla entre Pratchett y Martin. Además no solo es capaz de recrear una ciudad, sino que además la hace palpable, nos habla desde la perspectiva del norteño que llega por primera vez a la urbe y lo que más le sorprende es el olor y la conglomeración de personas. Todos los lugares que describe Abercrombie son de fácil imaginación ya que sus descripciones, sin ser largas, son más que suficientes.

Ya tenemos ejemplos de fantasía adulta muy famosos, entre ellos destaca George R. R. Martin, pero Joe Abercrombie se agarra al mástil de la bandera y reivindica que la fantasía no es un género juvenil, de hecho demuestra que la fantasía puede dar muchísimo juego.

Una novela de una calidad pasmosa (el título procede de una cita de Homero, en la Odisea: “La voz de la espada provoca el acto de la violencia”) y que hará las delicias de los fans de la literatura fantástica, pero que a la vez puede disfrutar cualquier amante de la buena literatura. Una gran obra que debería decorar las estanterías de los coleccionistas de libros que somos.

PD: En la reseña de la segunda parte aprovecharé para hablar un poco de la evolución que está tomando la fantasía y de su contraste con las novelas post-Tolkien, un tema muy interesante que puede generar un buen debate.