To Be Taught, If Fortunate, de Becky Chambers


Nota: puedes escuchar esta reseña en el Neo Nostromo #32


El año pasado llegó una nueva novela de Becky Chambers. Este libro, To Be Taught if Fortunate, no tiene nada que ver con su serie de la Peregrina (o Wayfarers). Es una novela corta (unas 150 páginas) de ciencia ficción autoconclusiva. Y uno de los libros de ciencia ficción que más me han marcado en los últimos años. Es posible que comenzar una reseña con una declaración así pueda sonar esperpéntico, y quizá ponga el listón muy alto, y más aun incluso, quizá perjudique al libro. Pero así es como lo siento. Este libro tiene todo lo que le pido a una novela de ciencia ficción especulativa.

En resumen, To be Taught, If Fortunate tiene lugar en una continuidad muy similar a la de la Tierra pero en un futuro cercano. Sigue de cerca a un equipo de cuatro astronautas (iba a decir de científicos pero en un contexto actual sería redundante) que salen en una misión de exploración espacial que les llevará 50 años de distancia y que tendrá lapsus de 14 años en las comunicaciones (es decir, que cuando les envíen un mensaje tardará 14 años en llegarles). La organización que pone en marcha esta exploración ha recibido fondos a través de donaciones y pretende ser una exploración no invasiva, es decir, observar, analizar pero no modificar ni contaminar.

El libro especula sobre posibilidades orgánicas para un viaje de tal envergadura. Modificación genética artificial para aguantar altas radiaciones, temperaturas extremas, atmosferas tóxicas o gravedades distintas. Esta tecnología se llama “somaforming” que yo he traducido como “somaformar” (nota: el soma es el cuerpo de una neurona o la totalidad de la materia orgánica de un ser vivo). Con la somaformación los astronaturas pueden alterar su propia biológica dependiendo del destino de su viaje y de los distintos mundos que visitan. Ariadne O’Neill, Elena Queseda-Cruz, Jack Vo, y Chikondi Daka son estos cuatro astronautas que acaban siendo una familia con lazos muy estrechos. De nuevo la especialidad de Chambers, las relaciones interpersonales tan de aquí pero tan allí. ¿Os imagináis un viaje de estas características, encerrados en naves y cabinas claustrofóbicas, con las mismas tres personas durante años? Esto es algo que siempre me ha fascinado de la alunización, esos astronautas metidos en al Apollo durante días en medio de la negrura.

Cubierta de la edición norteamericana.

El libro está lleno de xenobiología y de sentido de la maravilla. Becky Chambers especula con las posibilidades de la astrobiología, hongos, plantas y otros organismos en un magnífico ejercicio de imaginación. Y no solo de ciencia va el asunto, la novela está cargada de mensaje político y social. Sin ir más lejos, un buen día los astronautas dejan de recibir actualizaciones sobre el estado en la Tierra. ¿Y si la organización ha tenido que cerrar sus puertas? ¿Y si ha ocurrido algo grave? ¿Puede aguantar la sociedad actual en plena crisis un viaje de exploración de estas características y preocuparse por cuatro personas perdidas en el espacio mientras que en la Tierra millones sufren hambre o sed?

Libreta que venía con la edición especial si reservabas el libro. Gracias a Borja Bilbao por conseguirme un ejemplar.

Veo una clara inspiración en, repito, el alunizaje de la Apollo 11 y muchas de las reflexiones aquí reflejadas seguro que surgieron entonces. Becky Chambers es una apasionada de la astronomía y proviene de una familia de físicos y astrónomos, lo cual se nota una barbaridad. To Be Taught if Fortunate es una estupenda novela corta de ciencia ficción especulativa que no olvida ni un segundo la parte más humana de la literatura, las relaciones interpersonales y toda una serie de elementos que la convierten en una novela riquísima y llena de matices. Y todo esto condensado en poco más de un centenar de páginas.

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