Es curioso
que, cuando alguien saca el tema de la ciencia ficción “complicada” o de
fantasía difícil de leer, el primer nombre que surge es China Miéville y su Embassytown o La ciudad y la ciudad. Recuerdo conversaciones en el festival
Celsius232 sobre Embassytown que iban
desde: “novela imposible de leer” a “pues no es para tanto, Greg Egan es mucho
peor”. Personalmente creo que Miéville no es un autor complicado. Creo que es
importante matizar un punto a favor de Miéville. Sus novelas no es que sean
complicadas, es que piden mucha atención por parte del lector. Estamos (y me
incluyo) acostumbrados a novelas que podemos leer al final del día, tirados en la
cama, con nuestro cerebro funcionando bajo mínimos. China Miéville escribe de
forma que hay que poner los cinco sentidos en la lectura, y eso para mucha
gente es salir de su zona de confort. Lo fue para mí y yo mismo cuando escojo
una nueva lectura suelo tener mis libros para leer por la noche y mis libros
para leer con la mente despejada.
Un Lun Dun acaba de ser publicado por Oz
Editorial y ha sido toda una sorpresa. El catálogo de Oz parece dirigido a un
público juvenil con títulos de temática romántica o paranormal romántica.
Introducir Un Lun Dun es un cambio
drástico y que considero muy atrevido para el sello, y por ello aplaudo la
decisión, aunque tengo ganas de leer las reacciones de los lectores asiduos de
la editorial. Oz Editorial tiene una colección de género fantástico llamada Oz Nébula donde también han publicado a Clive Barker.
China
Miéville es un autor que aunque parece estar en boca de todos, considero que
necesita cierta introducción. Este autor ha ganado dos premios Arthur C. Clarke
y ha publicado unas 11 novelas, varios relatos y unas cuantas novelas gráficas.
No queda mucho material del autor por traducir al español y es que su
popularidad es bien merecida. Un Lun Dun tiene
lugar en un Londres contemporáneo donde cuatro chicas están observando a un
zorro. Éste no se asusta cuando ellas se acercan a observarlo más de cerca y de
hecho se despide con una reverencia. Zanna ha estado experimentado sucesos de
este tipo desde hace unas semanas y no entiende a qué se debe este cambio “extraño”
que empieza a entrar en su “realidad”. Junto a Deeba, encuentran una puerta y
cruzan a Alondres. Esta ciudad es un reflejo de la Londres que conocemos pero
con detalles notorios que lo cambian todo. Un barrio de fantasmas, o jirafas
depredadoras son algunos de los ejemplos que podremos encontrar en esta urbe.
Miéville
vuelve a situar su historia donde mejor se desenvuelve: un contexto urbano, que
podríamos considerar a medio camino entre la fantasía urbana y el weird y donde la ciudad en la que ocurre
la trama acaba siendo otro personaje más de la misma. Alondres es una ciudad
fantástica repleta de personajes pintorescos y a cada cual más raro. He de
decir que he leído la obra en inglés y los nombres de las criaturas son
retorcidos. Brokenbroll, por ejemplo, es el comandante de un ejército de
paraguas que no quieren seguir parando la lluvia. Un Lun Dun es entrar en la mente de un niño y describir literalmente
todo lo que hay allí dentro.
Comentando el
libro con algunos amigos que lo estaban leyendo, lo han comparado con alguna
obra de Gaiman, como Neverwhere. Es
cierto que hay similitudes bastante obvias, y el tono es parecido, pero he de
reconocer que prefiero a Miéville y a su lenguaje controlado y calculado a
Gaiman, con quien me cuesta conectar. Un
Lun Dun es un libro que homenajea la fantasía, la creatividad y la
imaginación. El lenguaje utilizado en la versión original es impresionante y
asombrosamente fluido. Miéville, al inicio de la novela, avisa de ha utilizado
palabras que dependiendo del contexto del idioma, pueden tener un significado
diferente o incluso ser malsonantes y por ello al final aporta un glosario con
el significado que él le ha querido dar. Personalmente he tenido que usarlo en
varias ocasiones, ya por curiosidad como por solucionarme alguna duda. El
libro, dividido en nueve partes, se compone de capítulos breves que ayudan a la
fluidez y al ritmo de la novela. El estilo de Miéville es energético, inteligente
e ingenioso. A menudo terminando en cliffhangers cada capítulo termina de
forma que obliga al lector a seguir con el siguiente. Miéville vuelve a
introducir un elemento del que parece disfrutar enormemente, los neologismos.
Aunque en este caso de forma mucho más moderada, pues le sirven tan solo para
poner nombre a criaturas o lugares.
En
conclusión, Un Lun Dun es un libro
magnífico. Una oda a la imaginación, a ese niño interior que hemos tenido o
tenemos dentro llamado creatividad. Pero no solo está repleto de fascinación,
sino que encontraremos crítica social muy bien camuflada en una segunda lectura
que va más allá de las aventuras de las dos protagonistas. Y volviendo al
principio, si Miéville os da respeto y no os atrevéis a acercaros a su obra por
los rumores sobre su complicada narrativa, esta es la oportunidad perfecta para
romper el hielo con el autor. Un Lun Dun
es una obra magnífica donde Miéville se desmelena por completo.
Pues no lo conocía la verdad, ni sonarme
ResponderEliminarun beesito
Otro más. Igual cae en la Feria del Libro. ¿Este o La ciudad y la ciudad?
ResponderEliminarUf, La ciudad y la ciudad es bastante más adulto y especulativo (no lo he leído) y Un Lun Dun es juvenil y de aventuras. La ciudad y la ciudad tiene traducción de Silvia Chettin, garantía de calidad.
EliminarNo conocía de nada al autor, y es que este no es un género en el que esté muy puesta. Pero me ha llamado la atención, y considero que merecerá la pena leerlo, así que me apunto esta recomendación, que parece tener muy buena pinta.
ResponderEliminarBesooss!!
Me enteré de que iban a traducir este libro nada más terminar Embassytown, y tenía miedo de tener ganas de leerlo por seguir emocionada con Embassytown y llevarme una decepción por ser demasiado juvenil (como dices, por lo que suele publicar Oz Editorial), pero a cada reseña y comentario que leo me convenzo más y más. No sé si podré conseguirlo pronto, pero estaré atenta cuando pueda aparecer :)
ResponderEliminarUn beso!