Hace algún tiempo que me leí Assur. Una novela en que las incursiones vikingas por el
cantábrico asolaban Galicia. El tema me pareció brutal y poco visto. Además la
novela versaba sobre Leif Erikson, Groenlandia y Canadá. Solo había un pequeño
problema, la enorme longitud. Problema que quedó anulado cuando me vi sumergido
totalmente por la historia.
En la portada
de Assur vemos al protagonista caminando hacia un futuro incierto. En Ronin se
usa el mismo concepto, el protagonista, de espaldas mira al horizonte. Como
comprenderéis, mis ganas de leer el libro eran enormes pues para mi Assur es
una gran novela. Mi alegría fue mayor cuando recibí el ejemplar de promoción
del sello Temas de Hoy.
Assur y Ronin se encuentran
Sería injusto
comparar Assur con Ronin, pero a veces es inevitable. Empecemos con la parte
positiva: Ambas novelas tienen una enorme y titánica labor de investigación. No
deja de sorprenderme la cantidad de personajes, situaciones y escenas que
ocurrieron y que son hechos históricos. Este tipo de labores no se desarrollan
sin un gran número de horas invertidas y muchos historiadores dando consejos y
recomendando vías de investigación. En este sentido, aplaudo a Narla, porque me
ha impactado.
Una gran novela. |
No acabaré de
entender la necesidad casi visceral de las novelas de históricas de ser tan
innecesariamente largas. No entro en el disfrute personal de un libro largo o
corto, hay algunos lectores que se sienten más cómodos cuando el libro supera X
número de páginas y otros todo lo contrario. Pero la irrefrenable necesidad de
contar absolutamente TODO lo que ocurre, al más mínimo detalle, me parece
innecesaria. Esto es algo totalmente objetivo, pues debe existir un tipo de
lector al que le encante el horror vacui descriptivo. Entiendo que para contextualizar y decorar la escena hay que dar
ciertos detalles básicos que nos ponen en situación y además demuestran que el
autor ha hecho los deberes, pero personalmente, hay veces en que esto es
excesivo y no solo corta el ritmo, si no que hace olvidar la trama y disminuye
el interés por esta ya que su sentido se diluye.
El ritmo
El ritmo, ese
gran enemigo tan difícil de domar. En Assur, creo recordar que el ritmo era
bueno, por lo menos yo me leí la novela en una semana y media y es un libro
bastante largo. De hecho fue algo sorprendente ya que alargué la lectura de
aquella novela precisamente por esto. Con Ronin mis temores fueron
correspondidos. Ronin se hace cuesta arriba. Descripciones demasiado largas,
diálogos que a veces no tienen mucho sentido y sobretodo el narrador escogido y
que de pronto cambia sin sentido. Todos estos elementos hacen de la lectura de
un libro tan largo como Ronin, una tarea complicada de la cual yo no he salido
entero.
Hay algo que
especialmente me disgustó y es que durante una batalla, o justo cuando empieza
una batalla, el narrador se aleja de los protagonistas, de golpe, sin avisar, y
se posiciona en un nuevo personaje que ve las cosas desde fuera. La estrategia
narrativa es tan confusa que no sabemos si el nuevo narrador es el mismo, si
está en otro lugar, si está en el mismo… Y la profusión de adjetivos y detalles
no hace otra cosa que crear más confusión cuando (creo) intenta solucionarnos
la situación para que no perdamos el hilo.
Esto me
resultaba incomprensible. ¿Por qué justo cuando llega una escena de batalla,
llena de acción y donde el ritmo es muy importante, Narla decide explicar la
situación desde el punto de vista de
alguien a quien no hemos visto en ningún momento de la novela y que solo sirve
como recurso? ¿No sería más efectista vivirlo desde la piel de uno de los
personajes que vamos conociendo? Saber qué piensa y cómo resuelve la situación…
Y este
problema, para mí bastante importante se repite continuamente durante toda la
novela.
Un japonés y un español
Los
personajes son un logro en un sentido y un error en otro. Me disgusta un poco
que Narla haya escogido un tópico del samurái japonés para protagonizar su
novela. En Assur, ya tenemos a un hombre justo, sincero, amable, valiente,
fuerte, etc. Estamos acostumbrados a ver y escuchar historias míticas sobre
guerreros japoneses que luchaban de la forma más honorable posible y a veces
nos olvidamos de que sea la cultura que sea, la vileza siempre ha sido
predominante, que se lo digan a Akira Kurosawa. Es cierto que al principio de
la novela vemos masacre y durante la novela, nuestro protagonista se cruza con
indeseables por doquier, pero, ¿no debería él ser algo indeseable también? ¿Qué
le empuja a ser 100% justo y honorable? Que el bushido diga esto o aquello no
significa que fueran así. (Que puede ser) Pero yo me refiero al “fallo” en mi
caso, de utilizar un tópico tan obvio. Me hubiera resultado más interesante
utilizar un personaje más retorcido.
En ese
sentido, Narla acierta algo más con su otro protagonista, Dámaso. Español,
estafador, mercenario… Bueno, también es un tópico. ¿Y si se hubieran
intercambiado los papeles estos dos personajes? Pero vaya, estoy divagando y
esto es solo una interpretación personal.
El resto del
coro no me ha interesado mucho a excepciones muy singulares y es que la
cantidad de nombres y lugares terminan por abrumar. Si encima le sumamos que no
sabemos bien dónde estamos o que la escena de acción es confusa, el lío ya es
tremendo.
Culturas dispares
Pero no todo
iba a ser negro. En esta novela me han resultado muy enriquecedores
los numerosos detalles sobre la cultura japonesa que se comentan. Utilizando
escenas y situaciones (a veces innecesarias) Narla aprovecha para contarnos más
sobre el Japón de aquella época y darnos pinceladas a veces bastantes cargadas
de información.
Comida,
política, estrategia, guerra, tradición y algo que hasta ahora no me había
interesado especialmente, el “Go”, un juego de tablero bastante curioso y
especial. Si os interesan estos detalles probablemente disfrutéis de la novela.
Notas
Francisco
Narla hace algo que ya puso en práctica en Assur, al final de la novela nos
deja un jugoso cuaderno de notas con detalles y apuntes MUY interesantes sobre
su investigación de la novela. En él nos cuenta dónde se ha tomado libertades
históricas para añadir detalles propios y qué situaciones, personajes o lugares
fueron reales.
Para mí fue
lo más interesante de la novela ya que el tono más desenfadado, más frío y
menos melodramático de esta parte se me hizo mucho más llevadero. Además, en
este cuaderno noté al autor mucho más honesto y menos forzado que durante
muchas partes de la novela. Aquí era escuchar a Narla hablar de algo que le
apasiona, sin necesidad de efectismos.
Conclusión
Creo que de
una gran novela (y no lo digo por el tamaño) se ha quedado en algo que podría
haber sido. Reitero que la investigación me parece muy loable y ha debido de
ser bastante grande, pero la parte narrativa e interpretativa se ha quedado muy
corta.
Creo que las
escenas no están suficientemente trabajadas y muchos pasajes se hacen pesados e
interminables y otros confusos y caóticos.
Sin duda la
decepción más grande de este 2014, una novela que tenía unas expectativas enormes
y que no ha cumplido más que un puñado. Muy a mi pesar tengo que decir que no
he disfrutado la novela, de hecho ha habido varias ocasiones en que casi
abandono la lectura pues no tenía ningún aliciente para continuar.
Personalmente
recomendaría la novela a aquellos que disfruten con la novela histórica y con
Japón. Con algo diferente y original, pero que se tomen con MUCHA calma las
lecturas, que no les importe releer varias veces la misma página y continuar sin
entender nada. Pero que tengan en cuenta que es una gran idea, una gran labor
de proyección pero una pésima ejecución.
Alex: A tu recomendación de Assur sumo la de un primo al que que la novela le ha maravillado. Tengo los gorditos: Assur y El nombre del viento pendientes..
ResponderEliminarYo sólo espero disfrutar de un libro, sea corto o largo la cosa es secundaria. He leído los voluminosos "Los pilares de la tierra" de Follet o "La cúpula" de King, y los he disfrutado. Ahora bien "Los miserables" de VH me está abrumando.
Por otro lado tu optimismo me sorprende. Mira que afirmar por estas alturas (que apenas va por un tercio el 2014) que ya has padecido la decepción más grande del año.¡Vaya optimismo! Y no es que quiera yo transitar el otro extremo y caer en el pesimismo de afirmar que la decepción más grande está por venir. Nada de eso, espero que tus lecturas sean gratificantes. Saludos.
Mi problema ha sido tener unas expectativas tan altas con la novela, por eso la decepción tan grande.
EliminarNo digo que el volumen del libro sea un problema, solo comento el detalle.
Espero sinceramente que el resto de lecturas no sean como esta. A ver si aguanto 2014 sin desengaños.
Yo acabo de terminarla, y aunque las comparativas son odiosas (Assur me había sorprendido tanto...; y sigo recomendándola), creo que Ronin es una gran historia, con un poso importante.
ResponderEliminarSi lo de gran historia lo dices por el grosor del libro estoy de acuerdo contigo.
EliminarLo siento, pero a mi tambien me ha decepcionado. Yo me la he dejado a medias, despues de empezarla con mucha expectacion y darle casi 100 paginas para ver si repuntaba y conseguia engancharme.
ResponderEliminarEl argumento castellano no me parece muy creible, es un poco plano y no pega ni con cola. La parte japonesa y filipina me gusta mas, (sobre todo pienso que la filipina daba para mas), pero va mezclando los relatos y hay partes que se hacen tediosas. Algunos personajes son descritos muy maniqueos. El secretario villano da mas grima que rencor. El unico personaje con el que te identificas al principio, un niño filipino, va y lo mata de primeras. Lo siento mucho, la empece con muchas ganas, pero me ha parecido floja. Quiza mejore la trama con mas hojas, pero se me han quitado las ganas de continuarla.
Tambien añadir que hay una novela de trama de samurais que llegan a España, de Shusaku Endo, (¿"Silencio"?)que me parecio mejor. En fin ya lo lamento, pero a mi me ha decepcionado, aunque la propuesta inicial era muy buena.
Lo siento, pero a mi tambien me ha decepcionado. Yo me la he dejado a medias, despues de empezarla con mucha expectacion y darle casi 100 paginas para ver si repuntaba y conseguia engancharme.
ResponderEliminarEl argumento castellano no me parece muy creible, es un poco plano y no pega ni con cola. La parte japonesa y filipina me gusta mas, (sobre todo pienso que la filipina daba para mas), pero va mezclando los relatos y hay partes que se hacen tediosas. Algunos personajes son descritos muy maniqueos. El secretario villano da mas grima que rencor. El unico personaje con el que te identificas al principio, un niño filipino, va y lo mata de primeras. Lo siento mucho, la empece con muchas ganas, pero me ha parecido floja. Quiza mejore la trama con mas hojas, pero se me han quitado las ganas de continuarla.
Tambien añadir que hay una novela de trama de samurais que llegan a España, de Shusaku Endo, (¿"Silencio"?)que me parecio mejor. En fin ya lo lamento, pero a mi me ha decepcionado, aunque la propuesta inicial era muy buena.